Oihana LLORENTE

Cerca de un centenar de personas secundó la manifestación convocada por el colectivo Kepasakonlakasa para reclamar el derecho real a la vivienda. El humor y la reivindicación fueron de la mano en todo su recorrido logrando despertar la atención de los viandantes.

La manifestación arrancó pasadas las 17.30 desde Alderdi Eder. Los organizadores, hasta entonces, se afanaron en convencer a los donostiarras a que se unieran repartiendo panfletos, ayudados por un monociclo y ambientando la ciudad con música a todo volumen.

Minutos antes de la hora de partir llegaron las explicaciones. Con el megáfono en mano y en tres idiomas -euskara, castellano y francés-, uno de los organizadores explicó con todo detalle cómo debían colocarse los asistentes y qué lemas debían corearse en cada momento. Para asegurar una mayor precisión, repartieron un folio por cada fila de la protesta para que nadie olvidara los eslóganes.

Y, como bien detalló uno de los organizadores, «la fantasía popular fue desbordante y cada institución recogió su piropo». La marcha arrancó y con ella los gritos, cada cual más original.

Ante el Consistorio donostiarra, su alcalde, Odón Elorza, fue la diana de los manifestantes. Gritos como «Odón cabrón, una habitación» o «Escucha Odón, vivienda solución», hicieron de aperitivo a una marcha inusual.

«Las listas de espera, me desesperan» o «Riberas de Loyola, vacías no nos molan» consiguieron la atención de los ciudadanos que recorrían la ciudad, los cuales también fueron animados a participar con eslóganes como «los de la cera, a la carretera» o «vosotros también estáis hipotecados».

La sede del PNV, situada en la misma calle Hernani, fue la primera parada de la marcha, donde los manifestantes exigieron a Juan José Ibarretxe «nahi dut etxe, bestela, mala letxe». Pero, teniendo en cuenta los resultados de la última pugna electoral, no perdieron oportunidad de dirigirse al que podría ser el próximo inquilino de Ajuria Enea; a él le entonaron «Patxi, patxi, patxi, dame una casa chachi». Tampoco olvidaron los malos resultados de EB y espetaron un «la ley de Madrazo, qué pena, qué fracaso».

Pero no sólo fueron los partidos el objetivo de los manifestantes. Entidades financieras como el BBVA, Caja Laboral, Banco Guipuzcoano o el Santander, todos ellos situados en la Avenida, tuvieron que escuchar «no falta dinero, sobran ladrones».

La pancarta, en la que se podía leer «Beraien krisia, beraien kontua. Etxebizitza eskubidea», fue portada por los representantes de las organizaciones que arroparon la convocatoria, que fueron numerosas. Los sindicatos CCOO, CNT-Gipuzkoa, ELA, LAB, ESK, STEE-EILAS y UGT de Donostia, la iniciativa Etxebizitzaren Sarea de Baiona, Droit au Logement también de la capital labortana, Euskadiko Gazteriaren Kontseilua, Euskal Herriko Gazteriaren Kontseilua, Ezker Alternatiboa, Ezker Gogoa, Gazte Komunistak, Herria Abian, Karboneragune de Hernani y SOS-Racismo la habían apoyado. La marcha finalizó en el Boulevard, donde tampoco faltó el humor. Ayudados por unas marionetas, el colectivo Kepasakonlakasa detalló la actual situación de la vivienda y animaron a la gente a participar en la lucha por este derecho. Apuntaron, además, que sólo así se conseguirá que ese derecho se garantice.

Fue Igor Mera, de Euskadiko Gazteriaren Kontseilua, quien tomó la palabra para agradecer la labor de Kepasakonlakasa e instar a la sociedad a que se movilice por el derecho real a la vivienda, para que se dé uso a las viviendas vacías y para que la crisis «la paguen los que la han provocado».

La sorpresa llegó al final del acto, cuando desde Kepasakonlakasa aseguraron que en el próximo sorteo de viviendas que tenga lugar en Donostia también habrá un premio de consolación a la persona que más tiempo llevé apuntada en las listas para una VPO.