Aunque no definitiva, Itxako se llevará una renta considerable -ocho goles- para el encuentro de vuelta de estos cuartos de final de la Copa EHF, que se disputará el próximo viernes en tierras danesas y, de no producirse una debacle, le permitirá plantarse nuevamente en las semifinales del torneo europeo por segundo año consecutivo.

La ventaja se fraguó mediada la segunda parte, tras una exclusión de Fruelund, que fue aprovechada por las amarillas para endosarle al Randers un parcial de 3-1 y comenzar a abrir brecha en el electrónico. El 18-14 con el que se plantaron las lizartarras provocó el tiempo muerto del técnico danés, que no arregló absolutamente nada.

Abierta la lata, las de Ambros Martín comenzaron a arrollar al rival hasta alcanzar la decena en la diferencia de goles (25-15), que sólo se vio recortada por las prisas de las escandinavas, con ataques muy cortos, propiciados entre otras cosas por las pérdidas de balón locales, y más pendientes del encuentro en su pabellón, con vistas a evitar un marcador insuperable.

Sin embargo, el devenir del choque no dio la impresión de que al final se pudiera conseguir tal margen de maniobra a favor de las amarillas. La primera parte fue mucho más igualada -las foráneas se pusieron incluso uno por delante (7-8)-, con errores de precipitación de Itxako frente a los efectivos lanzamientos de Dalby y Fruelund.

Acierto en ataque de la primera línea, a la que cedieron toda la responsabilidad ofensiva las visitantes, y demostración de calidad de la veterana guardameta brasileña Chana Masson fueron las dos cualidades en las que se basó el juego danés. Bien diferente a la filosofía colectiva, tanto en ataque como en defensa, de las lizartarras que, a la postre, les acabó dando la razón.

Fue incansable el trabajo del grupo en la retaguardia, combinado con la ambición por obtener una victoria lo más amplia posible. Puestos a destacar a alguien a nivel individual, Silvia Navarro estuvo proverbial en la portería y Mihai, impecable desde los siete metros. Sin olvidarse del empuje de la grada, consciente de lo mucho que estaba en liza.

El Zuazo, otra vez por la mínima

El pobre bagaje ofensivo del Zuazo Barakaldo en los últimos instantes fue determinante para que cosechara su quinta derrota consecutiva por la mínima, acumulando las vizcainas un mes sin ganar.

El choque estuvo marcado por la igualdad y las imprecisiones de ambos conjuntos, con diferencias que apenas fueron de uno o dos goles, siendo el empate el resultado más repetido.

Sin embargo, tras el descanso, el Gijón logró encadenar un parcial de 0-4, lo que generó que los nervios se apoderaran de las locales, que no anotaron ni una sola diana en los algo menos de diez últimos minutos.