CRÓNICA Parlamentos del apartheid
Los expulsados de las instituciones se hacen oír en Iruñea y en Gasteiz
Después de tres décadas intentando que la izquierda abertzale acate el actual estatus sin lograrlo, el Parlamento de Nafarroa se blindó ayer para celebrar sus 30 años y el de Gasteiz abrió la legislatura del apartheid. El intento de silenciar a este sector fue baldío. En Iruñea, las sonrisas y parabienes iniciales se tornaron en muecas y gritos de rabia al sonar el «Eusko Gudariak».
Ramón SOLA- Zuriñe ETXEBERRIA
El Parlamento de Nafarroa y la Federación Navarra de Municipios y Concejos habían tratado de celebrar el 30 aniversario de las elecciones de 1979 -«el renacer de la democracia», según el lema central- sin que nadie les estropeara la fiesta. Los ex parlamentarios de la izquierda abertzale no estaban entre los cientos y cientos de invitados, y a quien preguntó expresamente por el acto así se le confirmó desde el servicio de protocolo, alegando una «decisión de Presidencia». La FNMC sí convidó a todos los alcaldes y ex alcaldes, pero curiosamente el jueves remitió una circular en la que advertía de que dejaba sin efecto las invitaciones a los elegidos bajo las siglas de ANV. Por lo demás, el acto, pese a su dimensión, apenas se anunció en los medios. Tampoco en la página web del Parlamento. El secretismo era tal que alimentaba rumores sobre algún invitado muy especial. «Dicen que igual viene el Rey», apuntaban en los pasillos todavía ayer. En la calle todo llevaba a la misma conclusión: la Policía había establecido un perímetro de seguridad de más de 200 metros ante la fachada de la sede parlamentaria.
En la entrada repartía saludos Yolanda Barcina, que cogerá las riendas de UPN en una semana. Dentro se cruzaban abrazos entre viejos conocidos, incluidos militares, jueces y fiscales. Todos aplaudieron un vídeo en el que se afirmaba que hace ayer tres décadas «se abrieron de par en par las puertas de la democracia». Miguel Sanz sonrió complacido cuando Elena Torres, presidenta del Parlamento, tomó la palabra y le saludó protocolariamente. Pero las muestras de autocomplacencia iban a acabarse pronto.
Desde el balcón que se asoma al atrio del Parlamento no era difícil reconocer, incluso por la vestimenta, a miembros de la izquierda abertzale que no sintonizaban en el boato oficial. Nada más tomar la palabra Elena Torres, desde distintos puntos de sala todos se incorporaron como un resorte, levantaron los puños y comenzaron a entonar el ``Eusko Gudariak''.
Quien más quien menos recordó la escena de Gernika ante el Rey español, en 1981. Pasados 28 años ocurría lo mismo en el Parlamento navarro, una institución que pasó muchos años ofreciendo a la izquierda abertzale la zanahoria de la participación normalizada y que ahora la ha trucado por el palo. Una historia que conocen bien, porque han sido protagonistas, algunos presentes ayer, como José Antonio Urbiola -hoy en el PNV- o Patxi Zabaleta e Iñaki Aldekoa -en Aralar-.
Durante unos segundos cundió la confusión. Tuvo que ser la propia Elena Torres la que instara a los servicios de seguridad a desalojar a quienes continuaban cantando el ``Eusko Gudariak'', que se marcharon sin opo- ner resistencia, con sus banderas navarras y sus ikurriñas. Una quincena de personas que fueron identificadas minuciosamente y salieron después a la calle. Allí se encontraron con una concentración en denuncia de la «farsa» del Parlamento.
Xanti Kiroga explicó a los medios que habían intentado entregar una carta a Miguel Sanz en la que denunciaban la «trampa» del Amejoramiento y recordaban que «en estos 30 años hemos conocido también momen- tos de esperanza, fruto muchas veces de iniciativas de la izquierda abertzale para resolver el conflicto político. Pero en esos momentos hemos comprobado hasta qué nivel puede llegar la obstaculización de esos procesos por parte de quienes son conscientes de que el estatus reside en la situación de ventaja que han heredado».
La carta no sólo se limitaba a la crítica, sino que recalcaba que «miramos al futuro y lo hacemos con esperanza. Un futuro desde el compromiso para activar la colaboración de todos estos sectores populares que apuestan desde Navarra por el reconocimiento de Euskal Herria y su derecho a decidir».
«La hipocresía del PNV»
La izquierda abertzale tampoco faltó a la constitución del Parlamento de Gasteiz, del que está excluida por vez primera. A las 11.30, a escasos metros de la Cámara se desplegó una pancarta en la que se leía «Demokrazia Euskal Herriarentzat». Detrás se concentraron unas 200 personas con carteles e ikurriñas.
La notable presencia policial -tres furgonetas y un coche patrulla- no impidió que los gritos llegaran a las puertas del Parlamento. «Zuek faxistak zarete terroristak», «Demokrazia Euskal Herriarentzat» o «Independentzia» fueron algunos de los más coreados. «Este parlamento no respeta la voluntad del pueblo», recordaron antes de recalcar que uno de los objetivos de esta exclusión es cerrar la fase de Lizarra-Garazi. Junto a ello, censuraron la «hipocresía del PNV», ya que «habla ahora de golpe institucional» cuando «ellos han hecho lo mismo».
Patxi Zabaleta abandonó la sesión tras el incidente, y luego le siguieron otros representantes de Aralar y Nafarroa Bai. Explicaron que lo hacían en disconformidad con Elena Torres, por tildar de «actitud antidemocrática lo que es desobediencia civil».
Uno de los ex electos presentes arrancó la ikurriña de las manos de un miembro de la izquierda abertzale y la lanzó al suelo, sin que éste entrara en la provocación. Aparentemente fue la misma persona que luego increpó a Zabaleta al salir de la sala.
Entre la quincena de personas que llevaron su denuncia al acto había miembros de la izquierda abertzale de diferentes generaciones: Patxi Erdozain, Gerardo del Olmo, José Manuel Alemán, Josu Goya, Igor Arroyo, Xabier Velez, Xabier Zabalo...
En otros ayuntamientos hubo ayer declaraciones institucionales sobre el 30 aniversario de los comicios del 3 de abril de 1979, y encontraron la réplica de la izquierda abertzale. Así ocurrió, por ejemplo, en Elgoibar y en Barakaldo.