El Arrate deberá ofrecer su mejor cara hoy en Zaragoza para dar la vuelta al 27-30 que le infligió en Eibar el CAI Aragón y acceder a las semifinales de la Copa EHF. Aunque los maños impusieron su juego en la ida, el conjunto guipuzcoano se ha mentalizado para plantar la máxima oposición a fin de alcanzar el premio soñado.

«Probablemente tienen más porcentaje de posibilidades que nosotros, pero no son números imposibles», sostiene su entrenador, Julián Ruiz, a quien el pabellón de Zaragoza no le parece «un escollo impresionante», puesto que no es «un 8.000» y ya fueron capaces de ganar a domicilio en su estreno europeo contra el Kolubara Lazarevac.

Los primeros minutos pueden marcar la pauta, porque si ceden de inmediato el partido podría convertirse en «una cima insalvable», si bien el técnico ha aleccionado a sus jugadores para que pongan «corazón», y para ello también deben estar «convencidos» de que la hazaña será posible.

El egipcio Zaky, autor de 11 goles en Ipurua, será uno de los principales obstáculos, aunque también el pivote Carlos Prendes. Además del potencial del rival, el Arrate se tendrá que sobreponer al precario estado físico de algunos de sus jugadores, porque Marc García y Javier Arroyo están descartados por lesión, en tanto que Iñigo Salaberria padece una pequeña rotura muscular en la pierna izquierda y el cubano Ivo Díaz llega a la cita lastrado por los problemas que arrastra en la rodilla.

La participación de este último es la principal incógnita, aunque por si acaso Julián Ruiz ha convocado a 15 jugadores, incluido el joven extremo del equipo filial Unai Ibaibarriaga. Uno de los más optimistas es el lateral montenegrino Novica Rudovic, convencido de que pueden ganar allí porque tienen «capacidad para ello». Su compañero Arkaitz Vargas le secunda, ya que «tres goles no son nada». Algo más precavido es el portero Iñaki Malumbres que recurre a aquello de que «en el deporte nunca se sabe lo que puede pasar».

El pivote Iker Serrano recuerda que «parece complicado, pero habrá que intentar sorprenderles a base de jugar rápido y de meterles un poco de miedo en el cuerpo».