La suerte sigue, por el momento, del lado de los habitantes de los pueblos cercanos a Bardenas
La noche del jueves se registró el enésimo accidente en el Polígono de Tiro de Bardenas. Un avión F-18 del Ejército español del Aire se estrelló momentos después de que el piloto saltase en paracaídas y lograse así salvar la vida. Esta vez, la fortuna quiso que el aparato cayera a tierra en una zona despoblada. La pregunta es hasta cuándo la suerte seguirá del lado de los habitantes de la Ribera. No hacen falta grandes conocimientos aeronáuticos para ver la dimensión del peligro: a la velocidad a la que vuelan los cazas como el F-18, estos aparatos tardan tan sólo 3,5 segundos en recorrer un kilómetro. Teniendo esto en cuenta, cualquier población de las que circundan el polígono está a un suspiro del lugar donde se estrelló el jueves el aparato.
El presidente de la Junta de Bardenas, José Antonio Gayarre, trataba de tranquilizar ayer a la población poniendo el acento en la «pericia» de los pilotos. Olvida Gayarre que la función del polígono es servir de campo de prácticas para la formación de los pilotos. Unos tendrán pericia. La de otros quedó demostrada en marzo de 2000 cuando dos aviones F-18 colisionaron en el aire a sólo dos kilómetros (siete segundos) de Ejea de los Caballeros.