Ayer la nueva presidenta de la Cámara de Gasteiz, Arantza Quiroga, defendió la naturaleza legítima y democrática del nuevo Parlamento y agregó que éste representa la pluralidad de la sociedad vasca. Las palabras de la política conservadora son coherentes con su ideología y con la de la base social que representa, aquellos que se consideran miembros de una cruzada sempiterna por la configuración de un Estado español basado en la imposición, la exclusión y la represión. Un proyecto que, aun adoptando diferentes ropajes en cada época histórica, tiene en común la negación de la nación vasca como prioridad política. Por eso, desde un punto de vista abertzale, lo realmente grave es que el razonamiento expuesto por Quiroga recoge punto por punto el primer principio de la propuesta que el PNV hizo al PSOE para gobernar: «Reconocimiento de la pluralidad política de la sociedad vasca, explicitada en el conjunto de opciones políticas que han logrado representación en el Parlamento Vasco». Es decir, lo que dijo Quiroga lo podría haber dicho perfectamente Izaskun Bilbao si un pacto o unos resultados más ajustados le hubiesen otorgado ese mismo sillón.

En Nafarroa, por su parte, el Parlamento celebraba ayer «30 años de democracia», conmemoración que se produce cuando la Cámara lleva ya seis años cerrada a la izquierda abertzale. Algunos de sus representantes se rebelaron de nuevo dejando para la historia de este país una renovada estampa de electos cantando el «Eusko Gudariak» mientras la presidenta del Parlamento ordenaba su desalojo. Algunos de los presentes, en un gesto de dignidad, se marcharon esta vez como modo de protesta por la actitud de Elena Torres, pero pasado mañana volverán a sentarse como si nada siguiera pasando en esa misma Cámara.

La historia ha demostrado que no hay peor trinchera que el sillón que te ofrece el adversario como premio por excluir a quien comparte tu color, tu clase o tu proyecto político. Asimismo, la libertad sólo puede ser cosechada sentándose en la silla en la que ese mismo adversario te prohíbe posarte.