El sabotaje contra un gasoducto deja a Nigeria sin la cuarta parte de su producci�n el�ctrica
GARA |
Un sabotaje realizado por un grupo de desconocidos contra un gasoducto oblig� a la compa��a Schell a cerrar una f�brica gasera en el sur de Nigeria y dej� al pa�s sin un cuarto de su electricidad.
Las instalaciones gaseras de Utorogu, en el delta del N�ger, con una producci�n diaria de 8,3 millones de metros c�bicos fueron cerradas el 1 de abril �como consecuencia de una fuga en un gasoducto�, declar� a France Presse Precious Okolobo, portavoz de la compa��a Shell. �Un equipo descubri� que desconocidos hab�an instalado ilegalmente un grifo sobre el gasoducto�, explic�. El cierre afect� al suministro de la Nigerian Gas Company y provoc� la reducci�n de la producci�n de electricidad en el pa�s, a�adi�.
�La p�rdida en el suministro de gas supuso una reducci�n en la producci�n de m�s de 700 megavatios y va a implicar cortes en numerosas regiones del pa�s�, indic� en un comunicado la compa��a nacional de electricidad, PHCN.
El pa�s m�s poblado del continente africano, con 140 millones de habitantes, produce unos 3.000 megavatios, mientras que la menos poblada Sud�frica (tres veces menos habitantes), produce m�s de 43.000.
Los largos cortes de electricidad son habituales en Nigeria. De hecho, su presidente, Umaru Yar'Adua, anunci� al llegar al poder en mayo de 2007 que har�a de la cuesti�n energ�tica una de sus prioridades.
Medios m�s eficaces
La v�spera de que Shell informara del sabotaje, el presidente nigeriano anunci� que se dotar� de nuevos medios m�s eficaces a la fuerza com�n de la Polic�a y el Ej�rcito desplegada en el sur petrolero del pa�s para combatir a los grupos armados.
Precis� que la pr�xima semana se reunir� el Consejo Nacional de Seguridad para estudiar nuevas reglas de compromiso para esa fuerza conjunta (JTF), a la que se inyectar�n m�s fondos p�blicos �con el fin de disponer de los medios adecuados para hacer respetar la ley y restablecer el orden�. Mencion� tambi�n el proyecto de amnist�a para todos los miembros de organizaciones armadas que est�n dispuestos a dejar las armas, aunque no precis� m�s.
La fuerza com�n JTF lleva m�s de cinco a�os desplegada en el delta del N�ger para proteger los intereses petrol�feros de las acciones armadas de estos grupos, que aseguran luchar por un mejor reparto de la riqueza.