Martin Garitano Periodista
De crisis y oportunidades
Ahora que la crisis financiera amenaza con carcomer los cimientos mismos del capitalismo, los profanos en cuestiones económicas leemos que la salida a situaciones preocupantes como ésta pasa por hacer de la crisis una oportunidad. Algo así como abandonar usos y estructuras desgastadas, renovar ideas y propuestas y, en definitiva, sacar provecho de una mala situación que nos permite -aunque sea por derribo- romper amarras con lo que de negativo haya tenido el pasado y regenerar lo sano. No sé cómo se hace todo ello en el terreno de la economía pero me parece sugerente su aplicación a la política.
La situación que atraviesa el abertzalismo en sus diversas expresiones es de crisis. Crisis de marginación y persecución en la izquierda abertzale que por vez primera no está presente en ninguno de los dos parlamentos de Euskal Herria; crisis de desplome en EA; crisis de definición en Aralar y severa crisis en el jelkidismo que ve cómo pierde posiciones en el único terreno en el que hasta ahora se desenvolvía con comodidad y extraordinarios beneficios de toda índole.
Las causas de la crisis son conocidas, aunque no todos las quieran reconocer por aquello de buscar responsables lejos de casa. La esencia misma del régimen político desarrollado a la muerte de Franco es profundamente antidemocrática. En su aceptación está el germen de la actual crisis. La adhesión -así fuera con matices críticos- a un régimen que niega desde la primera línea de su Constitución la existencia del pueblo vasco como sujeto de derechos políticos ha sido el abrazo del oso que, al final, le ha costado un disgusto al jelkidismo que ha ocupado la primera posición de la mayoría nacionalista.
Hoy, la crisis nos permite hacer un breve receso, repasar los errores, buscar su corrección, enderezar el rumbo y avanzar posiciones. Lo importante, sin embargo, es definir objetivos, metas. Y también los estadios intermedios, las metas volantes. Se trata de acordar dinámicas y ponerlas en marcha. Para eso sobran los que se conforman con sobrevivir en la crisis con las migajas que caigan de la mesa del régimen español. Se trata de abrir las ventanas, orear el interior y ordenar la casa.
El domingo, entre Irun y Hendaia tienen una cita los que se apunten a la apasionante tarea de trabajar por Euskal Herria hasta la consecución de un estado libre, de gentes libres. Es la oportunidad que nos brinda esta crisis.