El equipo de VS (Vaya Semanita) lleva muchas -demasiadas- semanas acercando un perfil de invitados extrañamente similar. Actores de teleseries de otras cadenas en solitario y a pares, como en el caso de Nuria Gonzalez y Blanca Romero. Presentadores de otras cadenas, colaboradores de otras televisiones y así hasta un largo de piscina olímpica ida y vuelta en mariposa. Si alguien me explicara esta tendencia, este criterio de selección, dormiría muchísimo más tranquila. Porque hasta la fecha no he sido testigo (ni de encargo) de que hayan invitado a gente de otro canal como por ejemplo, un, dos, tres: Kike Amonárriz. Se decantan por las estatales privadas que es, precisamente, a donde se dirigieron los de la otra Vaya Semanita después de aquel triple salto mortal sobre la barrera del éxito. Visto desde una mirada llana de espectador vulgaris más parece un ejercicio de adulación y peloteo entre pares que un merecido reconocimiento a una carrera brillante, a una personalidad singular, a un reconocimiento profesional, etcétera. Para muestra, la última entrega del programa. La invitada fue Ana García Siñeriz. Si yo, que me he sometido a varios tratamientos de desintoxicación catódica, puedo difícilmente relevar en esta mujer algo más que su estiradísima pose y sobre todo cuello, no sé qué habrá podido valorar la audiencia de ese día en la entrevista de Agirregomezkorta.

Quizá se trate de un acercamiento genuflexo hacia los otrora estrellas de Cuatro, A3, Telecinco etc., hasta Miramón para ver si en el trayecto cae algo sobre los actores y colaboradores de VS. Quizá estén planeando un aterrizaje -o simplemente sugiriéndolo- sobre platós abiertos en otras productoras ahora que la atmósfera del nuevo régimen ha dado un giro eólico de 360 grados. Quizá estoy viendo elfos dónde solamente hay ángeles... Sin duda son el buque insignia de EITB, lo que no es difícil si uno se asoma al contenedor de su segundo canal. Pero nuestro cielo protector amenaza tormenta perfecta que es como se conoce a la ciclogénesis explosiva.