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Final de Korrika 16

Gasteiz se vuelca con la Korrika y le ofrece el ongietorri que se merece

En Gasteiz se comenta que desde que se remodeló la plaza de la Virgen Blanca es muy difícil llenarla. Ayer, sin embargo, ofreció una imagen espectacular por las decenas de miles de personas que asistieron al final de Korrika 16. A partir del mediodía, todo el centro de la ciudad se llenó de color.

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Iker BIZKARGUENAGA

Fue como el Big Bang. En un instante, apenas un suspiro, el núcleo del Universo, o al menos lo parecía en ese momento, estalló, desperdigando en ondas concéntricas toda la masa que se hallaba concentrada en un único punto. Ese punto, minutos después de la una del mediodía en Euskal Herria, era la plaza de la Virgen Blanca, que acogía a decenas de miles de personas que habían aguardado a que llegara el testigo de Korrika 16. Una multitud, equiparable e incluso mayor a la de cualquier 4 de agosto en Gasteiz, que nada más apagarse el eco de las últimas palabras del responsable de AEK Asier Amondo se dispersó por el centro de la capital alavesa, llenándolo de color y de un ambiente inmejorable.

Pero la fiesta había empezado unas horas antes. Para algunos, de madrugada, para otros muchos a primera hora de la mañana, cuando Korrika llegó a Gasteiz procedente de Debagoiena. El punto de encuentro para todos era la céntrica plaza, escenario de un sinfín de celebraciones festivas y deportivas, y también del último kilómetro de Korrika 9, hace ya catorce años. En familia, en cuadrilla o en grupos más amplios, desde poco después de las 10.00 mucha gente comenzó a acercarse a la Virgen Blanca. Llegaban desde todos los barrios de Gasteiz -Judimendi, Arana, Aranbizkarra, Zaramaga, Alde Zaharra, Salburua, Zabalgana, Abetxuko, Errota...- y de todos los barrios de Euskal Herria -Santutxu, Gros, Donibane, Pozokoetxe, Erromo, Lanbarketa, Areta, Baiona Ttipia...-, muchos ataviados con petos de la Korrika.

Padres y madres con con sus hijos e hijas; niños y niñas con mochilas; padres y madres con sus hijas e hijos colgados como mochilas... gente de todas las edades se acercaba a la sombra de la iglesia de San Miguel. Cerca, varias personas se dedicaban a recabar firmas por una «gestión de residuos saludable sin incineración» y para lograr una Ley vasca de residuos. Ayer cosecharon muchas de las 30.000 firmas que les hacen falta.

La piel de gallina

Eran las 11.00 y los organizadores ataban los últimos cabos, sin ocultar su nerviosismo y sus ganas de que todo saliera bien. Mientras tanto, la carrera seguía cubriendo etapas, cada vez con más gente, y cada vez con mayor emoción entre sus participantes. Un joven que corrió los últimos quince kilómetros confesó a este diario que hubo momentos en que se le puso la piel de gallina, como cuando vio a una amama, con los ojos humedecidos, saludar desde la ventana de su casa con una ikurriña.

La plaza, mientras tanto, iba tomando color, e incluso el sol hacía acto de presencia, borrando las nubes que se habían colgado del cielo gasteiztarra a primera hora del día. A las 12.00, las canciones de anteriores ediciones de la Korrika que sonaban por megafonía competían con una animada batucada en la labor de hacer bailar al personal. Todavía faltaba media hora para la hora en que estaba previsto que llegara el testigo, pero los huecos empezaban a escasear.

Unos metros más arriba, las txosnas de la plaza del Matxete ya empezaban a trabajar, aunque nada en comparación con lo que vivirían poco después, a la hora de comer. Los talos con copyright de Elkartzen y las botellas de sidra triunfaron.

Bajando por la cuesta de San Francisco, una niña con coletas, viendo el gentío que se arremolinaba a su alrededor, empezó a cantar «Celedón, ha hecho...». Su aita le explicó que no, que toda esa gente esperaba a la Korrika. Aunque algo de razón no le faltaba a la pequeña, ya que el casero de Zalduondo también llevó su relevo.

A las 12.25 la imagen que ofrecía la plaza de la Virgen Blanca desde la balconada de San Miguel era impresionante, aunque los congregados aún tuvieron que esperar un rato a que llegara el momento que aguardaban.

Y es que, quizá porque le daba pena que llegara el final, quizá en un intento de paladear al máximo los últimos metros de Korrika 16, lo cierto es que el testigo no pasó por debajo del enorme arco que daba entrada a la plaza hasta la una del mediodía. Un minuto antes, la canción que Pirritx, Porrotx eta Marimotots habían hecho para Korrika 15 puso a saltar a la multitud, pero fue la llegada de los payasos junto a representantes de AEK con el testigo la que puso a muchos los pelos de punta.

Eran los últimos metros. Los ioaldunak abrían el paso a las cientos de personas que seguían a los encargados del último relevo; Pirritx y Asier Amondo. Tras ellos, las fotografías de los presos políticos de Gasteiz, una enorme pancarta de Euskal Herrian Euskaraz con el lema «Euskara, menpekotik lehentasunezkora» y 2.503 kilómetros.El último lo cubrieron llegando a San Miguel, desde donde recordaron la última vez que Korrika acabó en Gasteiz y Mikel Laboa recorrió los últimos metros. Han pasado 14 años, y los organizadores confesaron sentir la misma emoción que entonces.

Llegó el momento de leer lo que decía el mensaje guardado con celo durante once días, y luego Oihane Perea y Asier Otamendi, apenas unas horas después de disputar la final de Araba, dedicaron unos bertsos a todos los presentes. Estos, tras escuchar la intervención de Amondo, dejaron la plaza y se dirigieron a la plaza del Matxete, el gaztetxe, Landatxo, la plaza de los Fueros...

Hoy es día de guardar las zapatillas, aunque sin pena. Dos años pasan corriendo.

Perea-Otamendi

Oihane Perea y Asier Otamendi, campeona y subcampeón en la final del campeonato de bertsolaris de Araba, ofrecieron unos bertsos a los miles de presentes en la plaza de la Virgen Blanca horas después de disputarse la txapela.

Camisetas rojas

Las camisetas rojas con el lema «Independentzia» de los jóvenes independentistas fueron todo un éxito, y fueron muchísimos los jóvenes que las vistieron en Gasteiz. También lo hicieron quienes cogieron el testigo en nombre de la izquierda abertzale.

Presos

Como ha sucedido en todas las localidades por las que ha pasado Korrika 16, los presos políticos de Gasteiz fueron recordados durante todo el recorrido por la capital alavesa. Miles de personas reclamaron su libertad desde la Virgen Blanca.

New York, Shangai...

Desde los Estados Unidos hasta China, pasando por Uruguay y otros puntos del globo, Korrika ha recorrido también unos cuantos kilómetros fuera de Euskal Herria. «Alkate entzun, New York euskaldun» se pudo oir el sábado en Central Park.

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