FÓRMULA UNO Gran Premio de Malasia
El diluvio universal le da la segunda victoria a Button
La carrera tuvo que suspenderse en la vuelta 33 a causa de la intensa lluvia.
Imanol CARRILLO | DONOSTIA
Se veía viniendo durante prácticamente toda la semana, y así fue. La lluvia quería tomar protagonismo en el circuito de Sepang, en el Gran Premio de Malasia, y acabó suspendiendo la carrera cuando los pilotos habían recorrido 33 vueltas. El gran beneficiado fue el británico Jenson Button (Brawn GP), que en ese momento lideraba la prueba por delante de los alemanes Nick Heidfeld (BMW) y Timo Glock (Toyota).
Teniendo en cuenta el mal estado del asfalto y la poca luz y visibilidad que había en la pista -la carrera se había retrasado a las 17.00, hora local-, a los cincuenta minutos de la suspensión, el director de carrera decidía dar por concluida la carrera de forma definitiva, y como no se había cumplido el 75% de la distancia total, los ocho primeros clasificados recibieron la mitad de los puntos.
Si antes hablábamos de beneficiados, el gran perjudicado del aplazamiento fue Timo Glock, que en la vuelta 32, una antes de que se suspendiera la prueba, había adelantado a Heidfeld en la segunda posición y atacaba a Button para arrebatarle el liderato, pero al tomarse en cuenta la clasificación dos vueltas anteriores a la de la suspensión, retrocedía al tercer puesto, por delante de su compañero de equipo Jarno Trulli.
Antes, en el comienzo de la carrera, Button, que salía desde la pole, perdía varias posiciones a causa de no calentar bien los neumáticos. En las primeras vueltas se vivieron varios adelantamientos de gran calidad y maestría.
Pero entonces llegó la tormenta. La carrera se convirtió en una lotería desde la vuelta dieciocho cuando en Ferrari, a pesar de que sólo caían algunas gotas, montaban a Raikkonen ruedas de lluvia extrema, porque el diluvio parecía inminente, pero cada vuelta que se retrasaba perdía veinte segundos con respecto a sus rivales.
Una vez comenzado el chaparrón, la zona de boxes fue un ir y venir de monoplazas, que entraban para cambiar el tipo de neumático. La pista se puso impracticable y los trompos y excursiones fuera de la pista fueron la nota dominante. Salió el coche de seguridad a la pista, neutralizó la carrera y en la vuelta 33 el director de carrera detenía la misma.
El Gran Premio de Malasia se ha unido en la historia de la Fórmula Uno a otros cuatro que por el mismo motivo sólo repartieron la mitad de los puntos en juego: Austria 1975, Mónaco 1984 y Australia 1991 lo fueron por lluvia y el de España de 1975, por accidente. En este último, el monoplaza del alemán Rolf Stommelen perdía el alerón trasero, volando hacia la derecha de la pista y tras dar en las alambradas de protección volvía a la pista y colisionaba con el coche del brasileño Carlos Pace. En su vuelo el coche de Stommelen había arrollado a un bombero, un fotógrafo y dos espectadores que resultaron muertos, mientras el piloto sufrió la fractura de una pierna, una muñeca y dos costillas.
