Xavier Sardá ha vuelto a Tele 5 con «La Tribu», su propia tribu, en la noche del viernes, con la intención de parar la pérdida de audiencias de la cadena que dirige Paolo Vasile y que parece ser una de las que están más interesadas en la actual porra de fusiones, esperando que se convierta en reglamento el anuncio de ZP sobre la supresión «drástica» de la publicidad en el ente RTVE.

Ha vuelto con cuatro años más, con una imagen mucha más madura, con gafas, pelo canoso, algún kilo alrededor de su cintura, un tono más relajado, pero con el mismo esquema, idea, y estrategia. Aquí empiezan las dudas, ¿puede funcionar tras cuatro años con las mismas intenciones que entonces? Respondo sin dilación: sí; estoy convencido de que encontrará las audiencias buscadas. Lo que se ha hecho posteriormente en el mismo campo ha sido mucho peor. Bienvenidos sean nuestros imitadores porque de ellos serán nuestros errores. Y así es, el original, aunque ande desafinado y sin el tono vital espectacular, tiene una autenticidad que nadie le puede negar. Y en esta vuelta nos encontramos con un espacio escénico nuevo, pero absolutamente clásico en cuanto a la disposiciones espaciales del público, a las entradas y salidas, la mesa central. Podemos tener discrepancias estéticas sobre el decorado, pero su funcionalidad parece clara.

¿Pueden convivir en el mismo hábitat televisivo Mercedes Milá y Xavier Sardá? Depende del contrato, pero en principio sí. Es una pareja de mucho peso, intimidan a los invitados, pero dan enganches a varios tipos de telespectadores. Lo de Boris Izaguirre es un adorno cada vez menos interesante y lo de Carlos Latre, una reiteración, pero si lo dosifican, puede funcionar. Santiago Segura es un buen comodín. Hay incorporaciones nuevas que deberemos analizar su consistencia en otras entregas.

En esta primera reunión de la tribu los invitados eran para potenciar la cadena, Risto Mejide y Amaia Salamanca, y una ex, Magdalena Álvarez que no dio mucho juego, pero rió a gusto. Es un programa de la marca Sardá, como los de siempre, largo, pero va a funcionaren los parámetros comerciales para los que está diseñado.