El ritmo de fracasos en los estrenos de nuevos programas en las cadenas televisivas es endiablado y probablemente se acerque a cifras de récord. La crisis sigue, o dicho de otro modo, sigue la crisis, y con crisis, los datos deben ser más ajustados a lo prometido a los anunciantes, y la bajada constante de porcentaje de audiencias es una de las variables para que se desvalorice el conjunto de una cadena. La que lleva más clara tendencia al abismo es Tele 5 que no logra asegurar las franjas horarias del día y debe defenderse con algunas series en horario estelar y lo resultados mediocres, pero sufrientes de sus programas más veteranos.

Los desaciertos del programador se están llevando por delante carreras solventes y fiabilidad acumulada. Ni Jesús Vázquez resiste con un programa insulso por mucho que sea de la factoría de Pablo Motos, que ya se sabe, es blanco, muy blanco, pero muy egocéntrico, es decir, que «El hormiguero», es un programa a la medida de Motos, pero como productor y animador de otros programas, como «Guerra de sesos», se queda absolutamente descolocado en el mercado y no le ha dado ni un poco más de aliento el colocar a los famosos de la cadena. Lo malo es que Tele 5 también va a sacar de la parrilla en breve el «Euromillón» que debería haberse convertido en el antídoto de «La ruleta de la fortuna» que marcha con unas audiencias descomunales en Antena 3.

Por lo tanto la crisis es de formatos, de ideas, de audiencias, de renovación y entonces cunde la vulgaridad, la reiteración el intentar ir sobre lo seguro, que es lo más seguro para entrar en territorio inseguro. Las despedidas se van acumulando, y las nuevas incorporaciones aguantan muy poco. Se va definitivamente «Cuestión de sexo», tras tres temporadas que nunca ha logrado despuntar. See van y se vienen muchos programas, espectáculos más y entre medias tenemos una noticia escalofriante que nos llega de las islas británicas y nos informa del suicidio de una actriz de veintidós años después de que suspendieran la serie en la que trabajaba por baja audiencia. La presión es descomunal en todos los eslabones del proceso de producción.