Ainara Lertxundi Periodista
Cuando salí de La Habana....
Habana, octubre de 2006. Recostada sobre una mecedora con el brazo detrás de la cabeza y una rodilla encima de la otra, Claudia intercambia confidencias y nostalgias. Su hija se acaba de ir con sus dos nietas. La distancia física tal vez no sea muy grande, sí en cambio la afectiva. Sabe perfectamente que como mínimo en tres años no podrá verlas. Toda una eternidad.
Gran parte de su vida la ha dedicado a fotografiar los momentos más importantes de la isla. En una ocasión, incluso, llegó a pelearse con los guardaespaldas de Fidel Castro para poder fotografiarlo. Percatado de la escena, el líder de la Revolución pidió que dejaran a esa intrépida joven hacer su trabajo, recuerda con una sonrisa. Es una anécdota más de las tantas que tiene en ese álbum que le gustaría mostrar a sus nietas paso a paso. Porque en ese álbum no sólo está reflejada su propia intrahistoria, sino también la de su país.
Se pregunta qué habría pasado de no haber existido el bloqueo que tantas vidas ha embargado y roto. Su hija tal vez no habría emigrado al gran vecino del norte, o igual sí. Quién sabe. Lo que sí sabe es que el abanico de oportunidades sería mucho mayor. Las restricciones a los viajes en tiempos de Bush hicieron doblemente dolorosas las despedidas en el aeropuerto José Martí de La Habana. Ahora, Claudia y otros miles de cubanos ven mitigado parte de ese dolor. Ya no tendrán que esperar obligatoriamente a que venza el plazo impuesto por el ex inquilino republicano de la Casa Blanca.
Pero ese tanto positivo que se ha anotado Obama se puede convertir en algo minúsculo si de verdad no va más allá de derogar las normativas de Bush. Los expertos en diplomacia y política internacional alegarán que el levantamiento del embargo, la madre de todas las batallas, es una cuestión mayor, que requiere de muchos movimientos e intereses cruzados. Las voces que piden su fin, sin embargo, aumentan cada día.
Y si hasta Hillary Clinton habla de fracaso, ¿por qué mantenerlo y seguir alentando la emigración, ya sea por avión o en balsa, a través de la Ley de Ajuste Cubano?