El análisis del profesor de la UPV/EHU Gorka Bueno, que Gaindegia incluye en su informe de 2008, deja poco lugar a la duda en cuanto a la enorme y muy preocupante dependencia energética de Euskal Herria, una dependencia del exterior mucho mayor que la de la media de los países de la UE, sin olvidar que el control sobre las infraestructuras se encuentra fuera de Euskal Herria. No deja de ser paradójico que uno de los emblemas a los que se aferra cualquiera de las administraciones de Euskal Herria sea la sostenibilidad, cuando las políticas energéticas llevadas a la práctica acarrean todo lo contrario. Han aumentado las campañas y planes de ahorro de energía; aún así, el consumo ha continuado creciendo durante los últimos años. La apuesta por las centrales de ciclo combinado supone un aumento del consumo de gas natural -como es sabido importado- y, por tanto, de la dependencia del exterior. En Nafarroa Garaia, donde las energías renovables tienen una significativa presencia, el Gobierno pretende duplicar la potencia de las centrales de ciclo combinado. Son ejemplos que hacen de la paradoja motivo de denuncia. Porque existen modelos de consumo compatibles con un desarrollo verdaderamente sostenible, pero pasan por el autoabastecimiento, que redundaría en la necesaria reducción del consumo. Sin embargo, no parece ser ésa la apuesta de las administraciones.