Representantes de pueblos indígenas de más de 80 estados se encuentran reunidos en Anchorage (Alaska) para reclamar a la ONU medidas concretas frente a los efectos del cambio climático de cara a la cumbre de Copenhague de diciembre próximo, en la que está previsto elaborar un protocolo que sustituya al de Kyoto.

Patricia Cochrane, presidenta de la Conferencia de Anchorage y del Círculo Circumpolar Inuit, destacó que «la voz de los indígenas no puede ser ignorada en Copenhague».

Cochrane dijo que el calentamiento global está alterando de forma radical la forma de vida de los indígenas en todo el mundo y que los informes que están llegando de todas las regiones del mundo son alarmantes.

Por ejemplo, en Alaska decenas de comunidades inuit están bajo amenaza por la desaparición del permafrost, la capa de hielo permanente en la superficie terrestre que ahora ha comenzado a derretirse en primavera y en verano.

La desaparición del permafrost está provocando, literalmente, el hundimiento de comunidades enteras que tendrán que ser asentadas en otros lugares.

La primera localidad afectada, Newtok, ya ha empezado a ser evacuada y sus 320 habitantes desplazados a una nueva comunidad localizada a quince kilómetros del emplazamiento original.

Pueblos indígenas de todo el mundo están padeciendo los efectos del cambio climático.

En Papúa Nueva Guinea, la elevación del nivel del océano está forzando el desplazamiento de comunidades indígenas, mientras que en Borneo, los dayak están perdiendo plantas medicinales tradicionales por la subida de las temperaturas.