Análisis de Gaindegia sobre la dependencia energética
La soberanía eléctrica es imposible a día de hoy en Euskal Herria
«Hoy en día, la soberanía eléctrica es imposible en Euskal Herria. Incluso la gestión de las infraestructuras del petróleo y del gas dependen del Estado en gran medida». Ésta es una de las principales conclusiones que extrae el profesor de la UPV-EHU, Gorka Bueno, en el Informe 2008 de Gaindegia cuando analiza la dependencia energética vasca. Porque no se limita a los recursos naturales, sino también a las infraestructuras energéticas, como la red eléctrica.
Juanjo BASTERRA | BILBO
Gaindegia, Observatorio para el Desarrollo Socioeconómico de Euskal Herria, ha adelantado el análisis de Gorka Bueno, profesor de la UPV-EHU, que se incluye en el Informe 2008 sobre la elevada dependencia energética de Euskal Herria, que tiene consecuencias económicas, medioambientales y de sostenibilidad.
Según muestra el trabajo, «el encarecimiento desmesurado del petróleo ha avivado el debate en torno a la escasez de energía», por lo que las claves de cara al futuro en esta materia se centran, según los expertos, en «la reducción del consumo y el fortalecimiento del autoabastecimiento». Sin embargo, como recoge el análisis en Gaindegia, «estos objetivos no están todavía al alcance de la mano en Euskal Herria».
Gorka Bueno explica que «la dependencia energética de Euskal Herria no se limita a los recursos naturales, sino que es también enorme en lo que se refiere a las infraestructuras energéticas y es especialmente grave en la gestión de la red eléctrica». Precisa que «es sabido que la electricidad no se puede almacenar a gran escala. Por eso, es necesario que en la red eléctrica exista en todo momento un ajuste entre producción y el consumo, lo cual exige una gestión diligente de la red y una cuidadosa planificación del funcionamiento de todo el parque de generación eléctrica». Advierte de que «la producción eólica, que aumenta de año en año, dificulta aún más la gestión de la red eléctrica, que en Europa se hace a nivel estatal».
En el Estado español, depende de la Red Eléctrica. «Como en el mercado de la electricidad está liberalizado, cada día se decide en un mercado virtual, gestionado por el Operador del Mercado Ibérico de Energía (OMEL) qué centrales producirán y cuál será el precio de la electricidad». El profesor indica en el análisis que hace para Gaindegia que en Ipar Euskal Herria la situación «es simétrica, pero en este caso mirando a París». Por eso, reconoce que «Euskal Herria no posee una red eléctrica autónoma; aquí existen dos que dependen de los estados francés y español, y la brecha eléctrica es, sin duda, tan profunda y grave como la administrativa».
Esta situación, según relata Gorka Bueno, pone de manifiesto que «la incapacidad para gestionar la red eléctrica condiciona por completo la limitada autosuficiencia energética vasca y, por ello, debemos tener cuidado cuando comparamos la producción eléctrica renovable con el consumo». Expone el caso de que en Nafarroa, la electricidad eólica supone tanta energía como la mitad del consumo, «pero no significa que la mitad de la energía que se consume en Nafarroa sea eólica», porque «la producción eólica y el consumo de Hego Euskal Herria se planifica, se programa y se gestiona a nivel estatal».
Por eso, el profesor Bueno concluye indicando que «hoy día, la soberanía eléctrica es imposible en Euskal Herria. Incluso, la gestión de las infraestructuras del petróleo y del gas natural dependen del Estado en gran medida», e indica que los dos gobiernos autonómicos están limitados en su capacidad de actuación y de gestión en este área.
Reducir el consumo
Bueno llega a la conclusión de que la situación energética vasca es grave. «La dependencia de los combustibles fósiles es enorme en nuestra sociedad, y es muy importante fomentar la explotación de energías renovables». Por lo que pide a las instituciones que «se encaminen a un desarrollo sostenible. Hay que reducir el consumo energético y de recursos. La sociedad tiene que intentar satisfacer la demanda de alimentos y productos con la producción autóctona, ya que es la única forma de reducir la ingente cantidad de energía que se consumo en el sector del transporte».
«Las instituciones deben impulsar y fomentar modelos de consumo y de producción que nos encaminen hacia un desarrollo sostenible», dice el autor del análisis que incluye Gaindegia en su Informe de 2008.
«Es preocupante la fuerte apuesta que se ha realizado por el gas natural en la CAV. Hay que importarlo de otros países y su combustión, aunque en menor medida que el carbón, también contamina».
Si se cumplen las expectativas de Lakua, la potencia eléctrica de las centrales de ciclo combinado supondrá el 65% de la potencia total y el consumo de gas, el 52% del consumo energético bruto de la CAV. «Es una barbaridad», a juicio del profesor Gorka Bueno.
El profesor Gorka Bueno explica que «el consumo de energía en Euskal Herria no es sostenible», debido a que la mayor parte es importada y de origen fósil; por otro, los órganos de decisión que controlan las infraestructuras se encuentran fuera del territorio vasco, como precisa el autor en el análisis «La grave dependencia energética de Euskal Herria». A su juicio, es una situación «insostenible a largo plazo».
Señala que la tasa de autoabastecimiento que refleja la autosuficiencia energética es baja «un 5,4% en la CAV en 2007, un 14,9% en Nafarroa en 2006 y un 1,4% en Iparralde en 2004, aproximadamente un 7% en toda Euskal Herria». Mientras que en la Unión Europea es del 50%, Gorka Bueno indica que en el conjunto de los siete territorios la aportación de las energías renovables supone, más o menos, el equivalente al 6,4% del consumo bruto, muy lejos de cumplir el objetivo que la UE. Para él, es «preocupante» la apuesta que se ha realizado por el gas natural en la CAV. «Un gas natural que hay que importar de otros países. Su combustión genera emisiones de CO2 y, aunque en menor medida que el carbón, también contamina». Pone como ejemplo la central de ciclo combinado de Boroa «que quema gas natural, y cuando funciona a la máxima potencia (755 megavatios), vierte casi 280 toneladas de CO2 a la hora».
Advierte de que si se cumplen las expectativas de Lakua, para 2010 la potencia eléctrica de las centrales de ciclo combinado supondrá el 65% de la potencia total, y el consumo de gas, el 52% del consumo energético bruto de la CAV». Considera que es exagerado ya que esa dependencia no se produce «en ningún otro país desarrollado del mundo».