Las predicciones televisivas acostumbran a cumplirse en el mismo porcentaje de exactitud que las meteorológicas porque se funciona con unas constantes tan variables como las que muestran las isobaras. Algo parece evidente: la excepción es que en una mesa de noticiario, de conducción de programa de entretenimiento o corazón, aparezca alguna persona que no cumpla con unos cánones de fotogenia, belleza proclama por las revistas que venden cosméticos. O anterior no cuestiona en absoluto la inteligencia, su capacidad profesional, su instinto periodístico, su don de lenguas u otros valores realmente importantes y fundamentales para desarrollar la labor por la que es contrata y coloca delante de las cámaras.

Pongamos que hablo de Sara Carbonero. ¿Saben a quién me refiero? Ha presentado algún programa de deporte extremo, ha estado haciendo baloncesto y la parte deportiva de los noticiarios de La Sexta y desde hace apenas dos meses es la compañera de lunes a jueves de Patxi Alonso en ese programa imposible que se emite tras el noticiario de la tarde-noche. ¿Ahora sí, verdad? Exactamente, una mujer con una cara encantadora, con unos ojos azules que rompen el plasma y sobresalen por la pantalla plana de manera evidente, y que, aparecía em la presentación del sumario de cada día, de pie, junto al espitoso Alonso.

En esta labor notábamos que era muy insegura, que se equivocaba de una manera pertinaz, que parecía no estar muy ducha en los asuntos que le tocaba presentar y que, además, el estilo, el follón que Alonso siempre provoca, iba en contra suyo. Y lo confirmábamos porque el viernes aparecía con otro compañero y en esos momentos adquiría mucha mayor presencia y solidez. Es decir, esta mujer tiene posibilidades, traspasa, aguanta los primeros planos de manera rotunda.

Ya está: la acaba de fichar Tele 5 para colocarla junto a Hilario Pino. ¿Cuánto quieres? Te lo damos. ¿Puede esta mujer aportar algo más que contraste fotogénico al noticiario de Pino? El ritmo de un informativo es diferente, la credibilidad o la imparcialidad debe reafirmarse , por lo tanto tiene ante sí un gran reto. Lo que parece más que claro es que estamos ante una carrera fulgurante.