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Patxi Belasko, Marcelo Alvarez y Lander Garc�a Ahaztuak 1936-1977

Memoria y honor al comandante Rodr�guez-Medel

Razones de sobra para honrar a Jos� Rodr�guez- Medel por su actuaci�n, por su posicionamiento, engrandecido adem�s por las circunstancias totalmente favorables para que hubiese adoptado el contrario

Ayer noche, a causa de un accidente desgraciado ocurrido en el cuartel, dej� de existir el comandante jefe de la Guardia civil de Navarra don Jos� Rodr�guez Medel. Descanse en paz�.

As� rezaba la escueta nota, dif�cil de ver si no se busca intencionadamente, que daba cuenta de la muerte de Jos� Rodr�guez-Medel Briones, jefe de la comandancia de la Guardia Civil en Nafarroa. Aparec�a en la esquina izquierda de la portada del independiente peri�dico �Diario de Navarra�, en la edici�n perteneciente al d�a 19 de julio, y debajo de la soflama golpista con la que el general Emilio Mola declaraba el estado de guerra inaugurando con ella el tiempo de miedo y muerte que se abatir�a desde ese d�a sobre esa tierra y sobre toda la geograf�a peninsular tras las banderas de la �Nueva Espa�a�.

�Accidente desgraciado� fue como se defini� desde el reci�n instaurado poder militar en aquel momento al asesinato a tiros y por la espalda de Rodr�guez-Medel. A�os despu�s, los escritos burocr�ticos del instaurado r�gimen militar fascista se referir�an a �l como muerto en Iru�ea por oponerse al Glorioso Movimiento Nacional, y en 1942 la Direcci�n General de la Guardia Civil certificar�a que hab�a fallecido a consecuencia de heridas de armas de fuego, motivadas por disparos producidos en los primeros momentos de la revoluci�n y por consecuencia directa de la misma. Con la misma c�nica y mentirosa terminolog�a ser�an reflejados tambi�n gran parte de los asesinatos de los m�s de 300 vecinos de Iru�ea asesinados en la matanza que inauguraba su muerte, que ser�an casi 3.500 en Nafarroa y decenas de miles en todo el Estado.

Desde Ahaztuak 1936-1977 queremos con este escrito recordar y reivindicar la memoria democr�tica del comandante Jos� Rodr�guez-Medel y de su actuaci�n. Honrar la memoria de un hombre de honor que defendi� hasta las �ltimas consecuencias la voluntad popular representada en la legalidad republicana. Un hombre que, por el cargo que ocupaba, ten�a una completa informaci�n sobre el golpe fascista que ven�a gest�ndose en Nafarroa desde hac�a tiempo de mano y dineros de Tom�s Dom�nguez Ar�valo, Conde de Rodezno, de los requet�s carlistas de Baleztena y del Burgo, de la Falange, de la Iglesia, de la prensa reaccionaria encabezada por Raimundo Garc�a Garc�a, el famoso Garcilaso del �Diario de Navarra�, y dinamizado por el director, el general Emilio Mola. Un hombre que siendo sabedor de todo ello y plenamente consciente de la posici�n de total inferioridad en que se encontraba, se neg� a secundar a Mola y a los golpistas, intentando el mismo 18 de julio llevar las tropas a su mando hacia Tafalla para intentar desde all� resistir a aqu�l. Un hombre que, teniendo todas las facilidades para ser parte del bando vencedor, de los nacionales, de los que ganaron la guerra, tom� partido por la defensa de la legalidad popular eligiendo su puesto entre los rojos, entre los perdedores. Un hombre que eligi� ser v�ctima en vez de convertirse en victimario y parte de la brutal estrategia represiva que se pon�a en marcha, al contrario de lo que hicieron la mayor parte de sus compa�eros de cuerpo... Razones de sobra como vemos para honrar al comandante de la Guardia Civil Jos� Rodr�guez-Medel por su actuaci�n, por su posicionamiento, engrandecido adem�s por las circunstancias totalmente favorables para que hubiese adoptado el contrario. Homenaje merecido y agradecido por nuestra parte tambi�n porque en nuestra memoria, en la memoria de las v�ctimas, nuestras ausencias, nuestro llanto y nuestro dolor han venido muy a menudo aparejados a los guardias civiles que vinieron a llevarse a nuestro familiar, a los guardias civiles que lo golpearon y torturaron, a los que formaron el pelot�n de fusilamiento... Algo, todo ello, que engrandece a�n m�s la acci�n y el honor de Rodr�guez-Medel y tambi�n la de algunos de sus compa�eros que en Iru�ea y en el resto de la pen�nsula actuaron de forma parecida y a los que tambi�n queremos honrar y recordar.

Al comandante Jos� Mart�nez Friera y al capit�n Ricardo Fresno Urzaiz, de la misma comandancia de la GC de Iru�ea, que secundaron a Rodr�guez-Medel y a�n hoy permanecen desaparecidos junto a tantos otros navarros. Al cabo M�ximo Ocampo Cid, al que combatir a los insurrectos asturianos en el Octubre del 34 le mejor� tanto las ideas que en el 36 se enfrent� al golpe militar, llegando a comandante de divisi�n del Ej�rcito Popular Republicano para, tras la derrota, engrosar las filas de la guerrilla asturiana y, tras ser apresado, ser fusilado en el cementerio de Oviedo y arrojado a la fosa com�n junto a otros 1.700 antifascistas. A Bernab� Lopez Calle, primero guardia segundo de caballer�a y despu�s comandante Abril y jefe de la Agrupaci�n Guerrillera Ferm�n Gal�n de las serran�as andaluzas de Ronda y Grazalema. A los generales Escobar y Aranguren.

En el acto de homenaje a Rodr�guez-Medel habr� una silla cubierta con la bandera republicana y en la que reposar�n, tendidos, un ramo de claveles rojos. Simbolizar�n al honrado en el acto y a todos los ca�dos en la lucha por la libertad y frente al fascismo, y especialmente en este acto a todos aquellos militares y miembros de la Guardia de Asalto y Guardia Civil que optaron por la voluntad popular frente al fascismo. Unos claveles rojos que adem�s, por ser 25 de abril, llevar�n el aroma de la memoria de los cravos portugueses y nos recordar�n que tanto en el 36 como en el 75 con uniforme, si se quiere, tambi�n se puede optar por el pueblo.

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