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«Tantos años en la música implica que nuestro sonido siga creciendo y renovándose»

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Andy FLETCHER
Teclista de Depeche Mode

Pablo CABEZA | BILBO

Cuando el punk-rock golpea con fuerza por las calles de Londres y su amplio cinturón, Depeche Mode se plantan en la escena con sus sintetizadores, música de club bailable y un glamour diametralmente alejado de la estética y el proceder punk.

Depeche Mode se convierten con prontitud en líderes del movimiento de los nuevos románticos, en dueños del electro-pop de la época. En 1981 editan «Speak & spell», álbum de mediano éxito, pero apuntando tendencia. DM pegan fuerte en los ochenta y marcan tendencias y formas, pero sería justo en 1990 cuando publican su disco más emblemático, «Violator».

Los noventa son irregulares, el inicio de la presente década relajada, pero toman aliento de nuevo con «Playing de angel», 2005, y «The sound of the universe», editado esta misma semana. Álbumes donde el trío retoma el poder de los sintetizadores, las mejores sugerencias de la música pop electrónica, la épica del tecno-pop o incluso el misterio de la cool wave, como retrata el largo proceso ambiental de «In chains», las sugerencias de «Hole to feed» e «In sympathy», el juguetón sonido de «Wrong», el relajado baile de «Fragile tension» y «Little soul» (con ásperas guitarras), el tecno chill de «Peace», muy absorbente, «Spacewalker» o «Miles away», cautivadora y asimismo muy cool, sin duda uno de los mejores instantes del nuevo disco, que cierra con «Jesebel», composición con base muy lírica y, de nuevo, próxima al relajo del chill out, y «Corrupt», con arrebatos rockeros y cadencia tecno-pop.

Seguidamente Andy Fletcher atiende a varios medios locales, entre ellos a Gara.

«The sound of the universe» no es un disco fácil, de primera escucha. ¿Se busca premeditadamente que las cosas no sean facilonas, evidentes?

Nunca hemos tenido lo que uno puede llamar un hit directo. Nuestras canciones tardan un tiempo en asimilarse y, cada vez que las escuchas, encuentras cosas nuevas. Esa es la apuesta de nuestra banda. Tantos años en la música y tantas canciones implican que nuestro sonido siga creciendo y renovándose, ese es el sello de Depeche Mode y creo que eso es lo que buscan nuestros seguidores.

Desde hace varios años existe un cierto empeño externo por hallar un nuevo «Violator» o un «Enjoy the silence 2». ¿Les afecta esta presión?

Todos los álbumes son procesos muy naturales. Cuando nos sentamos a componer «Violator» era igual. En ningún momento nos dijimos: «Vamos a hacer nuestro mejor disco». Es simple, pero los discos salen como tienen que salir y «Violator» salió así. Tampoco creo que sea mejor que «Music for the masses» o «Celebration». Es cierto que el eco mediático de «Violator» pesa sobre la trayectoria de nuestra banda y que es un referente al que todos acuden cada vez que presentamos un nuevo disco, pero insisto no tiene demasiado sentido buscar una segunda parte de ese álbum en cada uno de nuestros trabajos. Ni tiene sentido, ni queremos hacerlo.

¿Está decido ya el repertorio?

No faltarán nuestros himnos, esas canciones que el fan quiere escuchar y que se convierten para todos en momentos álgidos de nuestros directos. Lo cierto es que después de tantos años aún me sigue impresionando escuchar a miles de personas cantando «Enjoy de silence», y no estamos dispuestos a prescindir de ese momento. En cuanto al resto del listado, buscaremos el punto de equilibrio entre lo nuevo y nuestro material anterior.

La clave de la longevidad de DM se encuentra en la medida de su trayectoria, sin presiones, sin agobios, a su ritmo y asimismo en la fortuna de contar con una excelente legión de seguidores, especialmente en Europa.

Nos envían muchas cartas, es cierto. En Rusia por ejemplo Dave tiene legiones de miles de fans que imitan sus gestos, su ropa, hasta su forma de moverse. No sé si eso es bueno o es terrorífico, pero no deja de ser divertido. En Alemania ocurre algo similar, quizá no llegue a ese límite, pero es verdad y eso nos emociona, que nuestros fans sean auténticos. Buenom he dicho que me emociona, pero lo que realmente ocurre es que me hace, nos hace, sentirnos muy responsables de cada nuevo disco, de cada nueva gira... No podemos fallarles y el día que tan sólo nos acerquemos a esa duda dejaremos de salir de gira y sacar discos.

Siempre se ha dicho que Depeche Mode han salido reforzados a nivel personal y artístico cada vez que ha habido una crisis a lo largo de estos 30 años (1985, 1991, 1996). ¿En alguno de esos momentos pensó realmente que era el final de la banda?

Bueno, no lo sé. Quizá cuando nuestra aventura empezó jamás pensáramos llegar hasta donde hemos llegado. Así que, claro, las crisis nos han hecho más fuertes, puede ser, aunque es verdad que eran otros tiempos y, lógicamente, éramos mucho más jóvenes. Ahora las cosas están muchísimo más claras y sabemos cuáles son nuestras prioridades.

¿Conoce Bilbao, su comida, el museo Guggenheim?

Yo sí. Me encanta la cocina vasca y sus pinchos. Espero tener un momento para ver la ciudad. ¿El festival está cerca del Guggenheim? Espero que sí.

 

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«No faltarán nuestros himnos, esas canciones que el fan quiere escuchar y que se convierten para todos en los momentos álgidos de nuestros directos»

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