Después de que los tribunales franceses dictaran prisión para Jurdan Martitegi, Gorka Azpitarte y Alex Uriarte, los tres ciudadanos vascos apresados el sábado han podido relatar a sus abogados de confianza cómo fueron «golpeados, pisados y objeto de patadas», mientras los Policías franceses que ejecutaron la redada en Montoriol los mantenían esposados contra el suelo, según ha difundido el movimiento pro amnistía.

Gorka Azpitarte precisó incluso de un médico para que le extrajera una piedra del rostro, que se le incrustó cuando los agentes le pisaban la cabeza contra el suelo. El vecino de Eskoriatza mostraba ayer, cinco días después del arresto, puntos de sutura en la ceja derecha y en la mejilla izquierda, además de cardenales por toda la cara.

Los letrados también encontraron lastimado a Alex Uriarte, que tal y como denunció el movimiento antirrepresivo, mostraba heridas en el labio y golpes por todo el cuerpo.

Han tenido que pasar cinco días para conocer los pormenores de la redada ejecutada por la Policía francesa en Montoriol. Una operación policial coordinada por los aparatos judiciales y policiales del Estado español y francés, y que encerró dudas desde el primer momento.

Los vecinos aseguraron haber escuchado un disparo en el momento del arresto y las cámaras de televisión grabaron manchas de sangre en ese emplazamiento. Sin embargo, no fue hasta el miércoles cuando una versión policial difundida por las agencias admitían que sí hubo un tiro al aire. Dos días antes y preguntado por ello en Londres, el ministro español de Interior, Alfredo Pérez Rubalcaba, dijo que no le constaba «tal cosa».

La Policía, de hecho, ha tratado evitar ofrecer datos e imágenes de los detenidos, a diferencia de en otras ocasiones, e incluso los arrestados fueron trasladados a París a altas horas de la madrugada evitando ser grabados por los medios.

Prorrogan el arresto a Guerra

Los tres detenidos calificaron de «muy violento» el desarrollo de la operación policial. Además, denunciarron que los agentes que participaron grabaron con sus teléfonos móviles y fotografiaban cómo los arrojaban al suelo, los pisoteaban y como les propinaban patadas.

El movimiento pro amnistía precisó que tras comparecer ante la juez Laurence Le Vert y el juez de la libertades y de la detención, Martitegi fue traslado a la cárcel francesa de Nanterre; Azpitarte a la prisión de Osny, y Uriarte a la de Meauxe.

Igor García, Asier Ortiz de Guinea, Sergio Bravo y Gorka Iriarte, arrestados casi de modo simultáneo pero por la Policía española en Otxandio, Gasteiz, Bilbo y Orereta, respectivamente, se encuentran desde ayer en la prisión de Soto del Real. Así lo decretó el juez de la Audiencia Nacional española Baltasar Garzón, tras una comparecencia que duró cerca de seis horas. El quinto arrestado, Jonathan Guerra, sigue detenido, después de que el magistrado le prorrogara el periodo de arresto hasta el mediodía de hoy.

Este aplazamiento se debe a que la Policía española no consiguió examinar el ordenador que incautaron en su domicilio antes del miércoles, día en el que debían comparecer ante Garzón, según indicó en su nota el movimiento pro amnistía. De este modo, Guerra fue enviado a la cárcel, aunque en situación de detenido, desde donde lo trasladarán hoy, a las 12.30, para comparecer en el tribunal especial.

La noticia del envió a prisión de estos ciudadanos, intensificó las protestas en sus municipios. En Gasteiz, cientos de personas llevaron a cabo una asamblea.