La explosión en el centro de Bagdad tuvo lugar cuando un grupo de policías participaba en la distribución de ayudas a desplazados internos, la mayoría mujeres y niños, que tuvieron que huir de sus casas a causa de los enfrentamientos confesionales y de los combates que siguieron a la invasión liderada por EEUU en la primavera de 2003.

Además de los 28 fallecidos, entre los que hay al menos cinco niños y doce policías, medio centenar de personas resultaron heridas, muchas de ellas de carácter grave, explicó la Policía. «Es una terrorista suicida. Obviamente lleva la marca de Al-Qaeda», indicó el portavoz de la seguridad de Bagdad, el general Qassim Moussawi. La autora del atentado portaba un cinturón de explosivos que accionó junto a un grupo de agentes en el barrio de Al-Qarrada.

«Las familias y los niños estaban tan contentos de recibir comida que todos habían salido del edificio en el que vivimos cuando esa mujer se ha inmolado. ¿Qué pecado cometieron estas mujeres y estos niños para sufrir esta suerte?», se preguntó Omar Ali, un parado de 40 años.

El segundo de los atentados suicidas perpetrados ayer ocurrió cerca de Muqdadiya, ciudad situada a unos 80 kilómetros al noreste de la capital, en la provincia de Diyala. Al parecer, el kamikaze se dirigió contra un grupo de peregrinos iraníes que habían llegado a Irak en tres camiones para visitar santuarios chiíes de la zona y que en ese momento se encontraban en un restaurante, y allí se inmoló accionando también el cinturón de explosivos que llevaba.

La explosión mató al menos a 53 personas y causó heridas a otras setenta, informaron fuentes del Ministerio iraquí de Interior. La gravedad del estado de muchos de los heridos hacen pensar que el balance de víctimas mortales podría aumentar.

Los atentados se produjeron cinco días después de que el primer ministro iraquí, Nuri al-Maliki, advirtiera de un posible rebrote de la violencia y pidiera unidad al país para «cerrar el paso a los enemigos de Irak».

En las últimas semanas Irak sufre un incremento de acciones violentas, especialmente atentados con coche bomba, tras varios meses en los que se había registrado una reducción.

Al-Qaeda

La violenta jornada de ayer coincidió con el anuncio, por parte de un portavoz militar de la detención del considerado máximo líder de Al-Qaeda en el país, Abu Omar al-Bagdadi. El arrestado era el dirigente del Estado Islámico de Irak, una organización creada en octubre de 2006 para luchar contra la ocupación estadounidense y que integra a ocho grupos, liderados por la sección iraquí de Al-Qaeda, según las autoridades.

La televisión oficial iraquí Al-Iraquiyah, citando al portavoz del centro de operaciones del Ejército iraquí en Bagdad, el general Qasem Atta, informó de que Al-Bagdadi fue capturado en el marco de «una vasta y precisa operación», gracias a una información de los servicios de inteligencia. Según Al-Jazeera, fue localizado por una delación.

Fuentes policiales aseguran que Al-Bagdadi sustituyó al frente de Al-Qaeda en Irak al jordano Abu Musab al-Zarqawi, tras su muerte en un bombardeo aéreo estadounidense el 8 de junio de 2006