La alcaldesa de Córdoba, Rosa Aguilar, aceptó ser consejera de Obras Públicas de la Junta de Andalucía presidida por José Antonio Griñán, confirmando de este modo su abandono de IU para colocarse en la órbita del PSOE.

Con este decisión, Aguilar actuó en contra de las directrices de IU, ya que sus seis parlamentarios votaron en contra de la investidura de Griñán.

Los dirigentes de IU criticaron con dureza la deserción de Aguilar, a quien consideraban expulsada de la formación.

Julio Anguita, ex coordinador general de IU y que también fue alcalde de Córdoba, reconoció sentirse sorprendido por la decisión de Aguilar, mientras que el diputado de IU, Gaspar Llamazares, destacó que «no actuó lealmente» y calificó su decisión de «injustificable políticamente y un error personal».

Aguilar ya se había manifestado en numerosas ocasiones en contra de los planteamientos de IU y defendido los del PSOE. Así, era público que había dejado de pagar las cuotas del PCE, por lo que fue expulsada, y que votó por una candidata del PSOE al Senado. Sin embargo, en la Asamblea de diciembre de 2008, se alineó con los llamazaristas frente al PCE de Cayo Lara.