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«Tenemos una fauna muy variopinta para hacer películas de cine negro»

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Patxi AMEZCUA
Director y gionista de la pelicula «25 kilates»

Ane ARRUTI | IRUÑEA

Premio a la mejor película y al mejor director en Tutera y en Alcoi y, mejor largometraje en Medina del Campo. El navarro Patxi Amezcua no podía empezar con mejor pie su debut como director de un largometraje. «25 kilates» narra la historia de dos «buscavidas», dos «lobos de ciudad». Policías corruptos, timadores, periodistas y cobradores «sin frac» se cruzan en sus caminos a un ritmo frenético que atrapa al espectador hasta el último segundo de la película. Es un thriller moderno y sin tapujos situado en Barcelona, que combina el castellano y el catalán y que poco tiene que envidiar a las «típicas americanas». «Quería hacer una película de género negro pero con actores europeos y buscando mi propio estilo», decía ayer Amezcua en Iruñea. Hoy se estrena en las principales salas del Estado español, también en las cuatro capitales de Hego Euskal Herria, el mismo día en el que se reparten los premios del Festival de Málaga y de los que confía recibir algún que otro galardón.

Es su primer largometraje y ha escogido un género no muy común. Ha arriesgado mucho.

¡Me gusta tanto este género...! Para mí el reto fue escribir una historia que pudiera trasladar eso que estamos acostumbrados a ver en las películas americanas a nuestras ciudades. Quería escribir un guión y meter una fauna de timadores, matones, policías corruptos, periodistas «chanchulleros»... Crear con ellos una trama bien construida, sólida, con muchos elementos del género y, al mismo tiempo, que fueran personajes creíbles, cercanos.

Hoy en día lees el periódico y alucinas. Un tío que entra a un hospital y le mete dos tiros a otro; un sicario colombiano que viene a hacer un ajuste de cuentas; un ladrón que estampa su coche contra un escaparate para robar... Creo que tenemos una realidad muy variopinta para hacer películas de este género.

Y en vez de centrarse en policías corruptos o farsantes vendedores de coches, se mete con todos.

Sí, con todos a la vez. Quería hacer un guión con varias tramas que se van cruzando, se van encontrando... Era importante que hubiera muchos personajes y muchas situaciones ocurriendo al mismo tiempo, para darle a la historia un dinamismo y un ritmo que las películas de este género requieren.

Escribió el guión pero sin pensar que pudiera llegar a dirigirlo.

Inicialmente escribí el guión con la intención de venderlo a alguna productora y con la idea de que lo dirigiera otra persona. Dio la casualidad de que el productor de ICONICA había visto un cortometraje mío y le había gustado mucho. Me preguntó a ver por qué no lo dirigía yo. Le contesté que si me conseguía la pasta la dirigía. ¡Y va y la consiguió! No me quedó otro remedio que tirar para adelante. No tenía la intención pero me dije, «si yo dirijo algo tiene que ser esto». Es el tipo de historias que me va, con suspense, con giros, con sorpresas...

Trabaja mucho con las sorpresas.

Creo que es fundamental, no sólo en este género, crear suspense y tener al espectador pegado al asiento, que no sepa qué va a pasar a continuación. Si no se aburre y no presta atención a la historia. Si estás sorprendiendo continuamente, si tienes giros en la historia, creo que el espectador disfruta mucho más. Le tienes enganchado al asiento queriendo saber qué va a ocurrir. Es como una novela que lees un capítulo y la última frase te intriga para seguir leyendo.

Y lo mantiene enganchado hasta el final.

Hasta el minuto 90. Parece una exageración pero tenía preparados doce finales, ni uno más ni uno menos. Al principio teníamos muchas dudas. Yo siempre la había imaginado con un final feliz, porque me gustan las películas en las que el chico se va con la chica y con la pasta. Pasan muchas peripecias pero deseas un final feliz porque te identificas con los personajes. Pero sí que al mismo tiempo, todo no les podía salir redondo, y quería que tanto ella como él tuvieran un precio a pagar. Al final me quedé con la que me pareció más potente dramáticamente y más interesante visualmente.

La película tiene mucha acción pero también tiene mucha carga sicológica. ¿Cómo ha trabajado los personajes?

Dediqué mucho tiempo a pensar los personajes y a inventarles una historia previa, que no fueran simples estereotipos como en las películas americanas con el «poli bueno» y el «poli malo». Procuré que todos tuviesen distintas facetas y relaciones como la de Abel con su hijo, sus padres, su jefe... Eso enriquece mucho a los personajes.

Se nota que el trabajo de preproducción ha sido fundamental.

Teníamos poco presupuesto y poco tiempo para rodar. Nos dio mucho trabajo buscar las localizaciones que nos gustaran y funcionaran, hacer un casting coherente, todo el proceso de ensayos, vestuarios, maquillaje... Todos esos detalles son fundamentales en una película. Si no los cuidas, no te lo crees, y si no te lo crees la película se va a la mierda.

Ha situado la película en Barcelona y ha introducido el catalán.

Fue una cuestión que surgió con la coproducción. En un un principio había pensado en Madrid pero entró TV3 en el proyecto y eso nos dio pie a rodar en Barcelona. Nos pidieron que rodáramos algunas escenas en catalán y a mí me pareció coherente. Unos hablan en catalán y otros en castellano. Es una realidad. La familia del protagonista es catalano-parlante. El padre de la chica es andaluz y ella no sabe catalán y hablan en castellano. Los policías entre ellos hablan catalán. Lo que quería era que fuera creíble y que estuviera construido con naturalidad.

Comentaba esos inicios dirigiendo cortometrajes pero, ¿cómo ha sido el salto a dirigir un largometraje con su propio guión?

La verdad es que me he sentido muy cómodo porque tenía muy claro lo que quería hacer y cómo lo quería hacer. Sabía que teníamos muchos problemas de presupuesto y de tiempo, pero el concepto de la película que yo quería hacer estaba en la cabeza, y eso me ayudó mucho a darme tranquilidad y seguridad de que podía hacer algo que estuviera bien. Fue un reto y una aventura. Si sale bien genial y si sale mal, el proceso y el viaje nadie me lo va a quitar. Ese viaje que haces desde que empiezas hasta que acabas la película es un valor en sí mismo. Además, detrás tenía un equipo sólido y profesional de gente que me ha ayudado a sacar todo esto adelante.

Después de esta aventura, ¿seguirá dirigiendo, escribiendo...?

Yo siempre digo que soy guionista. Tengo claro que si no vuelvo a dirigir no me sentiré una persona frustrada. Soy un guionista que resulta que ha dirigido una película y puede que resulte que vuelva a dirigir otra, pero yo seguiré escribiendo. Si no volviera a escribir sí que sería un tipo infeliz, porque es donde me siento más cómodo. Sacar una película adelante es una aventura y aunque en este caso nos haya salido bien y estemos muy satisfechos con el resultado, muchos proyectos se quedan por el camino. Seguiré escribiendo, eso seguro.

PERSONAJES

«Dediqué mucho tiempo a pensar los personajes y a inventarles una historia previa, que no fueran los típicos `poli bueno' y `poli malo'»

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