«Lo mío ha sido una mezcla de suerte y haber estado en el momento y lugar adecuados»
Cineasta, director de «Pagafantas»
Borja Cobeaga (Donostia, 1977) se inició a los 9 años rodando cortos en el jardín de su casa. En 2001 fue nominado a los Goya por su corto «La primera vez» y, dos años después, dirige en ETB «Vaya semanita». «Éramos pocos» le valió una nominación al Óscar en 2007. «Pagafantas» es su debut en el formato grande.
Koldo LANDALUZE | DONOSTIA
Tras la inolvidable experiencia que supuso su nominación a los Óscar por el multipremiado cortometraje «Éramos pocos», Borja Cobeaga ha afrontado el difícil reto de dar el salto al formato grande con la comedia «Pagafantas». Las expectativas no pueden ser mejores para este joven autor donostiarra que ha visto cómo su colaborador y cómplice, Diego San José, lograba recientemente el premio al Mejor Guionista Novel del Festival de Cine de Málaga. Tras el saludo y la felicitación de rigor, sorprende su primera respuesta: «Ahora mismo me has pillado en casa con Diego. Estamos escribiendo el guión de la siguiente película que se titulará «Retrasado».
¿Todavía no se ha estrenado »Pagafantas» (llegará a las salas con los calores de julio) y ya están preparando otra?
Escribir el guión es un proceso muy largo y difícil. Nos come mucho tiempo, así que mejor empezar cuanto antes.
Recuerdo que su primer largo iba a coquetear con el mundo de los fogones y pucheros...
Es cierto y era un guión que ya teníamos escrito. El año de la nominación al Óscar de «Éramos pocos» Diego San José y yo escribimos los guiones de esta sátira dedicada al mundo de la cocina y «Pagafantas». Lo que pasó es que la opción «Pagafantas» me parecía más lógica como primera película y a mí me apetecía más hacerla.
El guión gastronómico resultaba demasiado complicado porque era muy localista y ambicioso. Además, su presupuesto resultaba descomunal.
¿Cómo ha afrontado su primer largometraje?
Yo siempre me he considerado un tipo afortunado, aunque ello no quiere decir que no me lo haya tenido que currar a golpe de pico y pala. Digamos que lo mío ha sido una mezcla de suerte y haber estado en el momento y lugar adecuado.
Me ofrecieron la posibilidad de hacer una película, la escritura del guión fue muy intensa y laboriosa pero, a la hora de rodar, todo estaba muy bien definido: los actores eran los que yo quería y realmente todo marchó sobre ruedas.
He vivido las mismas cosas que ha padecido un director que quiera rodar ahora mismo en cualquier parte del mundo y que muchas veces se concreta en lo exiguo que puede resultar un presupuesto. Pero, aparte de esto, el rodaje ha sido muy plácido y contaba con la seguridad que da tener asegurada la distribución. No he vivido las penurias que han padecido otros compañeros míos y, por ello, lo repito, me considero muy afortunado.
¿Qué es un «Pagafantas»?
Dícese del chico que es amigo de una chica. Él quiere algo más de la chica y ella también le corresponde en su amor, pero únicamente como amigo. Es decir, es un chico que siempre estará muy pendiente de ella y chocará contra una barrera que nunca podrá traspasar.
Jamás confesará sus intenciones reales, se convertirá en un merodeador, su mejor amigo, su hombro sobre el que llorar. Aguardará pacientemente un fugaz instante de flaqueza en el que ella lo pueda mirar con otros ojos.
¿Gorka Otxoa le sigue hablando después de haberlo amoldado a esta tipología tan calamitosa?
(Risas) Gorka Otxoa está encantado de que hayamos pensado en él para este papel en la película. En el programa llamado «Vaya semanita» ya había hecho muchas veces de «Pagafantas». Además, se divierte mucho encarnando a esta clase de personajes. Lo hace muy bien y sospechosamente creíble.
El reparto incluye a veteranos de la llamada «comedia urbana», como Oscar Ladoire y Kiti Manver, y a una ilustre veterana como María Asquerino. ¿Resultó dificultoso elaborar el reparto?
La verdad es que no escribimos el guión pensando en actores muy determinados. El reparto surgió finalizado el guión.
A mí me gusta entremezclar a actores que provienen de medios tan dispares como pueden ser, como en este caso, la televisión o el teatro.
Por ejemplo, Sabrina Garciarena se ha curtido en el culebrón argentino; Julián López proviene de «La hora Chanante» y «Muchachada Nui», y luego están los que has mencionado: Ladoire, Manver...
Yo creo que esta combinación entre veteranía y juventud aporta resultados muy interesantes y dota de frescura al conjunto.
¿«Pagafantas» sigue la estela de ese modelo de comedias gamberras e inteligentes que portan el sello de Judd Apatow?
La verdad es que las comedias de Apatow son un referente para mí. Son comedias claramente definidas para hacer reir, pero que incluyen un componente de ternura y realidad que las hace muy interesantes.
Lo que menos me gusta de sus obras es su duración; a veces se excede en el metraje y, en ese sentido, hemos querido hacer una película compensada y muy afín al ideario clásico de autores como Howard Hawks: directa y no demasiado extensa. Siguiendo con los ingredientes que Diego San José y yo utilizamos para inspirarnos, te citaría nuestra afinidad por el humor inglés que podemos disfrutar en teleseries como «The Office».
«Siempre me he considerado un tipo afortunado, aunque ello no quiere decir que no me lo haya currado a golpe de pico y pala»
«Es aquel chico que es amigo de una chica. Él quiere algo más y ella también le corresponde, pero unicamente como amigo»
«Gorka Otxoa había hecho muchas veces de Pagafantas. Se divierte mucho, lo hace muy bien y sospechosamente creíble»
«Pagafantas» narra las accidentadas jornadas de un irreductible joven que hará todo lo posible para que la chica de sus sueños se fije en él. Pero la joven aspirante a peluquera por la que suspira el protagonista piensa que hay dos tipos de hombres: los deseados y los amigos. A Otxoa le ha correspondido ejercer el segundo rol en esta comedia que versa sobre esta tipología que debe conformarse con la sentencia «Te quiero como un amigo».
K. LANDALUZE
«La combinación entre veteranía y juventud aporta resultados muy interesantes y dota de frescura al conjunto»