Siembran sospechas, recogen xenofobia
Al brote de gripe originado por el virus H1N1, en permanente expansión geográfica, ha sucedido, casi de manera instantánea, un violento rebrote de la xenofobia contra los ciudadanos mexicanos. Esta reacción alérgica se ha extendido con mayor velocidad incluso que el virus, y ha encontrando terreno abonado especialmente en los países económicamente más desarrollados, donde se ha manifestado con inusitada virulencia. No es un fenómeno novedoso. En la Edad Media, los judíos pagaron con miles de vidas las infundadas acusaciones que situaban el origen de la peste bubónica en las supuestas prácticas diabólicas semitas.
Las manifestaciones más extremas de esta alergia xenófoba se han registrado en Estados Unidos, donde ha corrido como pólvora seca la falaz certeza de que el origen de los contagios está en los inmigrantes ilegales. Los grupos de presión anti-inmigración han aprovechado la sensibilidad social ante la amenaza contra la salud colectiva para resucitar el debate sobre la inmigración, sepultado en los últimos meses por la losa de la crisis, el paro y la miseria generalizada. En los últimos días se han sucedido afirmaciones incendiarias desde los medios de comunicación, que han llegado a calificar a los inmigrantes mexicanos como «criminaliens» y a las salas de los hospitales «apartamentos para mexicanos». También se ha alcanzado el extremo de proponer la denominación de «influenza fajita» para la enfermedad y exigir al Gobierno mexicano que «controle a sus bandidos».
Con todo, y a pesar de la gravedad de estos episodios, las reacciones más preocupantes, por su relevancia, han venido desde estados como el francés, que han decidido cerrar sus fronteras a los ciudadanos mexicanos. Esta medida profiláctica, de dudosa eficacia cuando la enfermedad está ya extendida, y desaconsejada por la propia OMS, siembra a los cuatro vientos la semilla de la desconfianza. Una semilla que, a menudo, germina en xenofobia si se riega convenientemente con decisiones como la de Israel, que ha decidido oficialmente denominar a la enfermedad como «gripe mexicana».