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MANO Cuartos de final del Cto. Manomanista

Vale una chispa para desencadenar todo un vendaval

Gonzalez realizó un primer tramo de partido perfecto y se puso con una ventaja de 9 puntos. Juan Martínez de Irujo se rehizo de su mal inicio, y gracias a sus incisivos saques se hizo con el partido.

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GONZALEZ 16

MARTINEZ DE IRUJO 22

Koldo AKORDARREMENTERIA | GASTEIZ

No es la primera vez, ni será la última, que hablemos de la dualidad de Juan Martínez de Irujo. A veces acelerado, otras preciso, y muchas veces ambas. Pero así es él, y así es como les gusta a los pelotazales. Ayer volvió a mostrar sus dos versiones. Si la primera parte estuvo marcada por la incapacidad ofensiva del de Ibero, es probable que la segunda pase a la historia por el impecable torrente de recursos que mostró.

Sebastien Gonzalez sabía qué estrategia debía seguir para tumbar al feroz delantero de Ibero. El problema es que muchas veces, a pesar de saber cómo se puede desactivar al rival, no se encuentran las fuerzas necesarias para llevar a cabo lo planeado. Pero a Sebas le sobraban las fuerzas.

El de Azkaine realizó un juego impecable en la primera parte del choque, y usó todos los golpeos que domina para despegarse en el marcador de su rival. Jugó con paciencia, dejando, incluso, la iniciativa a cargo de Irujo, para más tarde rematar aprovechando el cansancio del de Ibero. Pasó del 2-3 al 6-3 en cuatro pelotazos. Gonzalez se desquitó de complejos, y enfrentándose a todas las apuestas que le daban por debajo, siguió manejando el partido.

Irujo daba muestras de flaqueza y, atenazado por la tensión, no conseguía poner freno al impetuoso juego de Gonzalez. Si el de Ibero hacía algún punto, el zurdo de Aspe le devolvía el recado a modo de 2 ó 3 tantos; y la ventaja iba en aumento. 16-7. Nada más y nada menos. Pero lo que son las cosas: Gonzalez no pudo devolver un soberbio pelotazo de Irujo, y todo cambió.

Lo que se vivió a partir de ese momento puede ser descrito de mil maneras, aunque todos coincidirían en afirmar que fue increíble. El público quería ver espectáculo, e Irujo deseaba corresponderles. Ahí comenzó su recital, y el calvario de Gonzalez.

Le costó, pero el de Ibero se reencontró consigo mismo, jugó con más confianza, y también arriesgó. Su concentración se trasladó al saque, que fue su mejor arma en este tramo final. Pero no se limitaba al saque. En los tantos que se alargaban su dominio era total. Desde pelotazos a rebote, hasta preciosas dejadas en el txoko. Las tornas cambiaron completamente: Irujo tocaba la música, y Gonzalez era el que tenía que amoldarse.

El de Azkaine veía frustrado como no conseguía hacer tantos con la frescura y facilidad del inicio, y ya de paso, como se le escapaba la opción de entrar en las semifinales del Manomanista. «Al principio ha jugado él con ventaja, pero después le he quitado el aire y he dominado», resumió Irujo a la perfección.

Difícilmente superable

La suerte ha deparado para la primera semifinal uno de los choques más atractivos que se pueden ver a día de hoy: el vigente campeón Bengoetxea VI contra Irujo.

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