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Cuando se bucea en las biografías de Patxi López, la primera referencia que aparece es la de su padre, Eduardo López, Lalo, histórico militante del PSOE que sufrió en sus propias carnes y en las de su familia la represión franquista. Y quien hoy va a ser elegido lehendakari recuerda que «lo que más marcó mi infancia fue el ejemplo de lucha por la libertad de mis padres en la España de la dictadura, de aquella época recuerdo cómo no pude hacer la primera comunión con los niños de mi edad porque mis padres estaban desterrados. Mi madre en Cáceres y mi padre en Huercal Overa, Almería. Recuerdo también los registros en mi casa de la Policía o de la Guardia Civil porque en muchas ocasiones los `papeles' acaban en mi cama y yo haciéndome el dormido».

Patxi López creció en ese ambiente, no muy distinto del de otras muchas familias vascas, aunque en su trayectoria política posterior pudo pesar que algunos de quienes pasaron por su casa fueron personas como Ramón Rubial, Felipe González, Manuel Chaves, Joaquín Almunia y otros dirigentes de la época.

El joven López fue dantzari en el grupo Berriztasuna y recuerda haber acudido a varios kantaldis de la época. Hasta sorprendió recientemente con unas declaraciones admitiendo haber bailado al son del «Sarri, Sarri» de Kortatu. Cabe suponer que Antonio Basagoiti, líder del PP, se lo habrá perdonado como un «pecadillo de juventud» y no intentará llevarlo a los tribunales, como sí hizo el PP al denunciar su reunión en Donostia con dirigentes de la iz- quierda abertzale.

A los 16 años, en 1975, Patxi López se afilió a las Juventudes Socialistas, y en el 77 al PSE. En 1985 fue elegido presidente de las JSE y dos años más tarde llegó al Congreso de los Diputados, en sustitución de José Antonio Saracibar. Fue diputado hasta el final de aquella legislatura, en 1989. Desde 1991 es parlamentario autonómico en Gasteiz.

En los años de juventud de Patxi López hay una laguna no siempre bien explicada: la de los estudios. En algún currículo apareció que era ingeniero industrial y ello desató acusaciones de falsedad en internet. Lo cierto es que se matriculó en la carrera y la fue llevando con altibajos hasta que, dedicado de lleno a la política, la dejó sin acabar. Será el primer lehendakari que no tenga estudios superiores.

De la militancia en las Juventudes Socialistas, Patxi López pasó a tener diversos cargos orgánicos en el PSE. Fue elegido secretario de Organización en 1991. En 1997 se hizo con la secretaría general de Bizkaia. Tras la dimisión de Nicolás Redondo, en 2002 fue elegido secretario general del PSE en alianza con Jesús Eguiguren, que pasó a ser el presidente del partido. Él mismo ha contado que José Luis Rodríguez Zapatero prefería otros candidatos, pues no se fiaba del tándem que formaba con Eguiguren.

Quienes le conocen aseguran que cuando se propone algo se mantiene firme hasta conseguirlo. Salió elegido con una fuerte división interna del partido y ha conseguido unirlo. También ha logrado ganarse la confianza del presidente del Gobierno y de la dirección federal de su partido. Y como le habían dicho que el suyo sería un gobierno débil y transitorio, se ha aliado con el PP para asegurarse -al menos así lo cree- cierta tranquilidad durante su mandato. Con el PP, sí, con la derecha que le denunció ante los tribunales.