Tom Hanks: «El fomento de las conspiraciones es un gran negocio»
GARA | MADRID
El actor Tom Hanks, que vuelve a encarnar al profesor Robert Langdon en «Ángeles y demonios», antecedente de «El código Da Vinci», cree que el fomento de las teorías de conspiraciones contra la Iglesia Católica como las que se relatan en estas películas se ha convertido en «un gran negocio». Tom Hanks hizo estas declaraciones a la prensa en una videoconferencia desde Roma, donde ayer por la noche «Ángeles y demonios», dirigida por Ron Howard y basada también en la novela de Dan Brown, tuvo su estreno mundial. Para el actor estadounidense este film, que se estrenará en las salas de cine de Euskal Herria el 15 de mayo, es «una historia de ficción que sirve para reunir a todos los públicos», en esta ocasión a través de una película que relata el resurgimiento de una hermandad secreta conocida como los Illuminati que se infiltra en la Iglesia Católica para tratar de destruirla.
El éxito de esta saga, tanto de los libros homónimos como de las películas, es debido, según Hanks, al tema que abordan ya que «las teorías de la conspiración generan muchas preguntas y discusiones». El profesor Langdon es, a ojos de Hanks, un hombre «muy inteligente», un experto mundial en simbología que, si en «El código Da Vinci» tenía que investigar la muerte de un experto de los cuadros de Leonardo da Vinci en el Louvre, en «Ángeles y demonios» es llamado por la Policía del Vaticano para que resuelva la desaparición de los cardenales llamados a suceder al Papa a manos de los Illuminati.
En su opinión, la película, que generó gran espectación en el día de su estreno en la capital italiana, «trata tanto de lo humano como de lo divino», sin que en ella haya un «peso teológico», a pesar de lo cual el Vaticano negó el permiso para rodar en su interior el film y presionó a otros organismos para que no les permitieran hacerlo en Roma. El equipo de rodaje tuvo que conformarse con grabar algunos exteriores en Roma y los interiores en el palacio de la Reggia de Caserta, que más tarde convirtieron, con ayuda del ordenador, en los espacios de los Palacios Vaticanos, incluida la Capilla Sixtina.
Críticas
Sobre las dispares críticas que recibió «Ángeles y demonios» antes de su estreno, el acto apuntó que «los críticos no importan» porque, «al fin y al cabo, todos somos críticos». «Realmente es el público, las personas que van al cine, quien ha tomado el control» del éxito o fracaso de la película. Tom Hanks, de 52 años de edad, contó que su relación con la religión fue muy temprana, pero con «diferentes personas de creencias dispares» y confesó que actualmente es «miembro de la Iglesia griega ortodoxa».
Para interpretar cualquier papel, el actor opina que se debe adaptar su «propia experiencia a la película que se rueda, al papel que se protagoniza».
Hanks desconoce si Dan Brown seguirá escribiendo libros sobre el profesor Langdon -«podrían tratar sobre el Tribunal Supremo de Estados Unidos o sobre los boy scouts», bromeó-, pero afirmó que los anteriores, los que han servido para hacer estas dos películas, le han gustado porque no sabía «a dónde iban a llegar».