La Real hizo público ayer un comunicado en el que señala que «ha notificado ya oficialmente a Xabi Castillo, a la Liga de Fútbol Profesional y a la AFE que el referido jugador será incluido en la lista de compensación de acuerdo con el artículo 18 del convenio laboral suscrito entre la Liga de Fútbol Profesional y la AFE. La cantidad fijada en la lista de compensación es de dos millones de euros». La decisión, que sólo permitiría irse gratis a Castillo a un equipo extranjero, era esperada y supone una defensa de los intereses del club ante el problema que representa la fuga de los jugadores de la cantera, pero que debe estar acompañada con coherencia a la hora de abordar renovaciones. Si se valora a Xabi Castillo en dos millones, hay que pedir a la Real que le ofrezca para renovar por lo menos la misma cantidad que pagaría si ficha a un lateral de fuera para ese puesto. De la misma manera, se debía ofrecer a Díaz de Zerio la misma cantidad que puede ofrecer al delantero goleador que tenga que fichar para sustituirlo. Porque los que vayan a venir no tendrán ofertas de Primera, como ellos. Es evidente que el blanquiazul tiene que bajar las fichas, las bajan hasta los clubes que están en Primera, pero tiene que imperar la coherencia y al mismo tiempo aprender de los errores del pasado. Ningún jugador de la cantera puede iniciar una temporada sin tener un mínimo de dos años de contrato y así se evitaría lo que ha pasado en estos casos. Por cierto, la renovación de Labaka fue automática al cumplir la condición establecida y no hubo negociación para esa ampliación ni los administradores concursales la han echado para atrás. Otra cosa es que algunos contratos deban ser negociados a la baja y el primer objetivo debe ser intentar llegar a un acuerdo con Xabi Prieto para rebajar su ficha y conseguir que se pueda quedar en la Real, cosa inasumible con la cantidad firmada que no la pagaría ningún equipo de Primera.