BELOKI 22

OLAIZOLA  21

El marcador marcaba 21-18 cuando el Labrit de Iruñea enmudeció al ver lo sucedido en la cancha. Olaizola I enviaba una pelota a los cuadros de atrás y Beloki intentaba devolverla de aire, pero con la mala suerte que el pulgar de su mano derecha se desplazó, obligando al zaguero de Burlata a retirarse momentáneamente a vestuarios con cara de dolor y miedo.

Los aficionados reunidos en el frontón iruindarra se temieron lo peor ya que por un momento vieron que el partido podía ser suspendido a causa de una lesión cuando el de Asegarce lo tenía todo a su favor para lograr el pase a semifinales.

La suerte, en este caso, ayudó al de Burlata, ya que volvió a salir a la cancha para llevarse una victoria «importantísima para mí», reconoció Beloki tras el encuentro, no sin antes sufrir hasta el último momento. Y es que, tras la reanudación, cuando el marcador marcaba 21-19, Asier realizó dos tantos más para dejar el duelo empatado a 21.

Más interesante no podía estar. Cualquier error de los dos le regalaría a su rival el pase a la siguiente eliminatoria. Pero Rubén, como buen campeón que es, supo sufrir hasta el último momento y, precisamente gracias a un error de Asier, pudo llevarse el triunfo. Tras esta victoria al límite, el vencedor se mostró ambicioso al afirmar: «quiero más. Quiero meterme en la final».

Juego clásico

El encuentro, por lo demás, transcurrió muy igualado. A diferencia de lo visto hasta ahora -con alguna excepción-, los dos pelotaris se declinaron por el juego clásico: intentar hacer daño con el saque, pelotear arrimando la pelota a pared, defenderse de bote y de aire, y en el momento oportuno intentar acabar el tanto con dejadas o dos paredes.

Cuando se practica este juego también se suelen cometer errores -que los hubo-, pero se les puede perdonar a los dos pelotaris gracias a la emoción que hicieron vivir a los aficionados.