Joseba ITURRIA | DONOSTIA

Denis Menchov confirmó con su victoria en el Alpe di Siusi que es uno de los principales aspirantes al triunfo en el Giro, al aguantar el fuerte ritmo impuesto en la subida final por Basso y todo el equipo Liquigas e imponerse con autoridad a un llegador como Danilo di Luca, nuevo líder de la prueba.

Sólo con ese demarraje final en los últimos 300 metros Menchov sacó de rueda a todos sus rivales y entre los segundos que alcanzó en la meta y la bonificación metió medio minuto a Basso y Leipheimer. Si se tiene en cuenta que la crono de 62 kilómetros le beneficia sobre los escaladores, que llega muy motivado y que tendrá el apoyo en la montaña de Ten Dam, al ruso afincado en Nafarroa, en Gorraiz, hay que colocarlo entre los aspirantes al triunfo final.

Una relación de la que ayer se cayeron los Lampre Cunego y Bruseguin. Sólo seis corredores pudieron seguir el ritmo de Basso en los últimos kilómetros y cuesta creer que el ganador del Giro no esté entre ellos. Astana demostró ser el equipo más fuerte al colocar a Horner junto a Leipheimer en el septeto de elegidos, aunque perdieron algunos segundos al final, Popovych no cedió mucho y Rubiera, Brajkovic y Navarro se descolgaron para acompañar a un Armstrong que confirmó que no puede aspirar a una plaza en la general.

Liquigas cumplió su papel

Por eso Astana estuvo a la defensiva en su papel y Liquigas cumplió con el suyo. El italiano tiene que distanciar a Leipheimer en la montaña y su equipo endureció al máximo la etapa para realizar la primera selección. Ellos se encargaron de anular la fuga de Gavazzi (Lampre), Capecchi (Fuji), Visconti (ISD), Voeckler (Bouygues), Serpa y Ochoa (Serramenti) y Pietropolli (LPR) y de hacer la primera selección. A falta de cuatro kilómetros Basso arrancó y sólo seis ciclistas pudieron seguirle.

Desde hoy empieza una serie de etapas largas y duras. La sexta de Bressanone a Brixen-Mayrofen tiene 242 kilómetros y dos puertos duros en la parte final.