El diálogo social fracasa porque se imponen los intereses de la patronal
Esta semana el lehendakari del Gobierno de Gasteiz, Patxi López, pondrá encima de la mesa y por separado a Adolfo Muñoz, «Txiki», secretario general de ELA, y a Ainhoa Etxaide, secretaria general de LAB, su oferta de diálogo social. Mal empieza, porque primero contactó con Confebask. GARA analiza con varios sindicalistas lo que ha dado de sí ese mal llamado diálogo social y los órganos tripartitos.
Juanjo BASTERRA |
La oferta que ha lanzado el lehendakari del Gobierno de Gasteiz, Patxi López, para conformar una mesa de diálogo social no convence ni a ELA ni a LAB, que esta semana se reunirán por separado para conocer los detalles y saber hacia dónde dirigirá sus esfuerzos el Ejecutivo de Gasteiz. Ambas centrales han adelantado que no participarán en ninguna mesa de diálogo social y consideran la misma «un fraude» a la sociedad y a la clase trabajadora; en cambio, UGT y CCOO han dado su aceptación.
Mal ha empezado Patxi López, a juicio de ELA y LAB, porque se reunió, en primer lugar, con la patronal Confebask. A su entender, es una muestra de que no se quiere modificar la arquitectura de lo que ha ocurrido hasta el momento y, en segundo lugar, el lehendakari Patxi López señaló en víspera de la huelga general del 21 de mayo que la crisis económica no ha deteriorado los derechos sociales y laborales de los trabajadores, lo que enojó a las centrales sindicales convocantes del paro.
GARA ha analizado la crisis existente en los órganos de participación institucional y en el diálogo social social con Mikel Noval, responsable de Política Social, y Janire Domínguez, responsable de Salud Laboral, de ELA y con Oihan Ostolaza, secretario de Política de Empleo de LAB. Todos ellos llegan a la conclusión de que ha sido «un fracaso» porque, en realidad, son organismos y marcos que se alinean con la patronal y, en caso contrario, «la patronal veta las posibles decisiones comprometedoras», dijo Noval.
El miembro de la ejecutiva de ELA reconoció que «no partimos de cero en el diálogo social, porque tenemos experiencia en las relaciones con la patronal. Vemos en este momento que se pretende el diálogo social sin querer entrar en el fondo de las cuestiones como es la distribución de la riqueza, pero también nos preguntamos cómo es posible un diálogo social con una patronal que ha tomado una serie de determinaciones en contra de los trabajadores y con unas instituciones que hacen política para beneficiar sólo a la patronal». También recuerda que es necesario que tanto la Administración pública como la patronal respeten el «juego de mayorías» en cuanto a la representatividad sindical.
Sin cobertura
Mikel Noval afirma de forma taxativa que «no estamos dispuestos a dar cobertura a esas políticas y prácticas». Señala que «no vale decir que hay que hacer diálogo social, porque Patxi López tiene la responsabilidad. Tiene que decir qué quiere hacer y en qué dirección. La verdad es que por lo que está saliendo en prensa a través de las entrevistas a los miembros de su Gobierno está claro que siguen el modelo que hemos tenido hasta este momento, que ha fracasado estrepitosamente».
Oihan Ostolaza, de la ejecutiva de LAB, afirma que «la patronal no tiene interés alguno en un diálogo social con contenido que aborde la problemática de los trabajadores. Se siente cómoda en un marco estatal de `diálogo social' que les reporta resultados positivos para sus intereses como la reforma laboral o la de las pensiones, encaminados a empeorar los derechos laborales y sociales y a aumentar los beneficios empresariales».
Recuerda que en los años de fuerte crecimiento económico «no ha tenido interés en abordar cuestiones centrales de las relaciones laborales como la temporalidad o la siniestralidad laboral». Porque, a su juicio, la legislación «ampara a los empresarios y se encuentran cómodos con esa situación». El secretario de Política de Empleo recuerda que «tras la huelga general de mayo de 1999 y, después, de un acuerdo de empleo, realizado ese mismo año en el tema de las horas extraordinarias, contrato de relevo, empresas de trabajo temporal, entre otras materias, Confebask adoptó una decisión política que hoy arrastramos: abandonó la Mesa del Empleo, espacio de diálogo social que podía desarrollar acuerdos interprofesionales. La causa de esa marcha -explica Ostolaza- no fue otra que la falta de interés en dotar de contenidos propios el diálogo social en Araba, Gipuzkoa y Bizkaia».
Sumisión y sabotaje
A juicio de LAB, con la ruptura de esa «Mesa del Empleo», Confebask «saboteó cualquier vestigio de diálogo social en la CAV y la administración asumió esa realidad, ya que esta decisión no fue políticamente contestada por el Gobierno de Gasteiz, mostrando una permanente sumisión al colectivo empresarial».
Oihan Ostolaza afirma, por otro lado, que «las instituciones han sido igualmente responsables por sus políticas neoliberales y por su unidad de acción práctica con los empresarios». Tal esa así, que a juicio de LAB, «el impulso de políticas neoliberales ha marcado una colaboración de las instituciones con los empresarios e intereses económicos privados. El modelo fiscal, presupuestario, la estrategia de las privatizaciones en materia de Sanidad y Educación, las políticas de subcontratación en el sector público, entre otras, muestran una unidad de acción que da la espalda a los compromisos sociales de reparto y distribución de la riqueza».
Tampoco ha habido «confrontación ante las políticas centralizadoras del Estado español; más bien, se ha manifestado una tendencia progresiva a asumir la gestión de determinadas materias bajo las condiciones impuestas en Madrid», precisa.
El representante de la Ejecutiva de LAB señala que «no se ha manifestado voluntad política para desarrollar alianzas e iniciativas que permitieran encauzar la exigencia mayoritaria de un Marco Vasco de Relaciones Laborales y una protección social como marco jurídico para asentar un diálogo social autónomo en dinámica y en contenido». A la vez sostiene que CCOO y UGT han neutralizado el diálogo social. «Ambas centrales sindicales persisten en jugar en diferentes campos de diálogo social: el estatal, determinante y central para ellos, y el autonómico, subsidiario y estético. Es incompatible hablar de acuerdos en el ámbito de la CAV o de Nafarroa, y neutralizarlos con el diálogo social de Madrid».
Modelo navarro
Achaca a la enorme responsabilidad de esos sindicatos en el diálogo social de Nafarroa que «lo han blindado con la patronal CEN. Excluye de forma antidemocrática a LAB y ELA y brinda la paz social a UPN a costa de prebendas económicas, que surgen de acuerdos vacíos y estéticos. Parece que es éste el modelo que quieren importar a la CAV», precisa Ostolaza.
Mikel Noval, de ELA, recuerda que el propio secretario general de UGT de Nafarroa, Juan Goyen, «reconoce que no sirve, porque están apoyando políticas de apoyo a los empresarios, pero están ahí porque es fuente de financiación». El fracaso del modelo de diálogo social y de participación en órganos tripartitos es evidente.
Noval recuerda que ELA abandonó el CRL en 2006 por la posición de Cebek de llevar a los tribunales a cinco responsables de ELA que habían participado de forma activa en la huelga de Hormigones y Canteras, cuyo convenio se firmó en minoría «ya que nosotros ostentábamos el 70% de la representatividad». Recuerda que son ya muchos los convenios que «la patronal privada y pública firman en minoría». Del Consejo Económico y Social Vasco (CES), ELA y LAB se fueron por el veto que estaba ejerciendo la patronal en determinados asuntos, pero el más reciente fue la negativa a desarrollar un debate sobre el Tren de Alta Velocidad.
«Tampoco se ha sometido a consulta las reformas fiscales, ni infraestructuras, etcétera. Nuestra opinión no vale», según dice Noval. En Hobetuz, ocurrió que se vulneró su origen, no se tuvo en cuenta a la mayoría sindical y se aceptó la financiación de Madrid, ligada al modelo estatal, que no ahonda en la enseñanza de calidad y cualificación profesional «sino en el reparto de esos fondos». ELA y LAB lo abandonaron en 2007». Y por último están las mesas de salud laboral, «que no han servido», como explica Janire Domínguez, «porque no se ha querido abordar el problema esencial existente de la precariedad».
Los representantes de ELA y LAB, Mikel Noval y Oihan Ostolaza, respectivamente, reconocen que en la actual situación de crisis económica «la patronal ha puesto en marcha una ofensiva total». Recuerdan que las exigencias que ha puesto encima de la mesa van desde el abaratamiento del despido a cambios en la política fiscal y más ayudas a las empresas con dinero público. Pero también los empresarios «han llevado adelante el despido de miles de eventuales y subcontratados, a la vez que han utilizado los expedientes de regulación de empleo y otras medidas de flexibilidad y reducción de derechos para la irrupción de los contratos», precisa Ostolaza.
En esta situación, a juicio de ELA y LAB la patronal se encuentra «cómoda», sin embargo recuerdan que «con la huelga del 21 de mayo conseguimos neutralizar en gran medida su actitud activando a los trabajadores y construyendo un muro de contención ante dicha ofensiva». Oihan Ostolaza reconoce que «para que el diálogo social sea efectivo es necesario mostrar una posición de fuerza ante la patronal y las instituciones. Si entramos a acordar medidas sin fuerza, los intereses empresariales prevalecerán necesariamente. Teniendo en cuenta la actitud que han tenido CCOO y UGT durante esta crisis y, sobre todo, en la convocatoria de huelga general, poco se puede esperar del diálogo social de estos dos sindicatos». ELA y LAB concluyen que el Gobierno cederá a los intereses de la patronal.