CRÓNICA | Manifestación contra Garoña en Gasteiz
La sociedad alavesa le recuerda al PSOE que «el teatrillo se ha acabado»
Más de dos mil personas recorrieron en la calurosa tarde de ayer Gasteiz, para exigir al PSOE que cumpla su promesa y cierre Garoña. El tiempo se ha acabado.
Joseba VIVANCO
«Se acabó el teatrillo», proclamó desde el atril, en lo alto de la plaza gasteiztarra de la Virgen Blanca, Alberto Frías, portavoz de Eguzki, al término de la manifestación que esta vez sí, no concedió más `prórrogas' a la central nuclear burgalesa. «Garoña, itxi orain!», fue el grito unánime con el que casi una hora antes arrancaba la marcha por el centro de la capital alavesa, para apuntalar el rechazo de la sociedad babazorra a esta planta nuclear sobre la que el Gobierno de Rodríguez Zapatero debe decidir en un mes.
Apenas faltaban quince minutos para las 19.00, hora prevista para el inicio de la movilización convocada por Eguzki dentro de la Iniciativa Araba sin Garoña, cuando comenzaban a escucharse los sones de la txalaparta en el corazón de la ciudad. En la misma Virgen Blanca, políticos del PP como Carlos Urquijo o Marimar Blanco repartían globos, al tiempo que comenzaban a llegar los organizadores de la marcha, con las banderas antinucleares de toda la vida, de decenas de manifestaciones en años de lucha contra Garoña.
Música de «The Police» recibía a todo trapo a quienes se aproximaban, mientras los participantes en una comunión se cruzaban entre banderas ecologistas, en una postal difícil de titular. El termómetro superaba con facilidad los 20º y el centro gasteiztarra rebosaba de terrazas y viandantes.
Sin rastro alguno de puntualidad británica, por fin se desplegaba la pancarta, portada por representantes de algunos de los sesenta organismos, sindicatos y partidos que apoyaban la marcha. «Herriaren hitza errespetatu» se podía leer. Y ésa era la ilusión de los asistentes, muchos de ellos, seguramente, asiduos durante años, décadas quizá, a las protestas contra la central burgalesa. «Ez, ez, ez nuklearik, ez!», se dejaba escuchar con los primeros pasos, como si el tiempo se hubiera detenido.
«Garoñarik gabe, askoz hobe!» o «Oña, oña, oña, Garoña ni de coña», eran otros de los lemas coreados, hasta que se escuchaba por primera vez uno de los que luego sería más repetido: «PSOE entzun, Garoña itxi orain». Y es que las declaraciones de los convocantes estuvieron especialmente dirigidas a los dirigentes del partido del Gobierno español, algunos de los cuales estuvieron presentes al menos al inicio de la marcha, como el teniente de alcalde gasteiztarra Juan Carlos Alonso. El propio orador, Alberto Frías, se refería luego a que «tenemos miembros del partido del gobierno en esta manifestación, por lo que esperamos que sepan llevar el recado».
Igualmente se vieron otras caras conocidas de la política alavesa como la abertzale Amparo Lasheras, el diputado de EA Mikel Mintegi o el teniente de alcalde de diputado general, Claudio Rodríguez, del PNV, además de representantes de EB o Aralar. También asistió el responsable de las campañas antinucleares de Greenpece, Carlos Bravo.
La manifestación recorrió el trayecto habitual por el centro de la ciudad, arreciando los cánticos a la entrada de la calle Dato, ya en dirección hacia el final de la protesta. «Ea, ea, ea, amaitu da epea», fue un grito novedoso que también se repitió entonces con fuerza, poniendo de manifiesto el momento decisivo en el que se encuentra el futuro de la planta de Garoña.
El portavoz de Eguzki, Alberto Frías, fue tajante, en declaraciones a los medios de comunicación, al criticar posicionamientos como los del propio PSE en el Gobierno de Ajuria Enea, con sus justificaciones de que «el partido no es el Gobierno, el Gobierno no es el partido, depende del marco...». Por ello reclamó su compromiso electoral y el de la sociedad, por estar «ante el mayor consenso social e institucional habido para cerrar esta central».
Junto a esa indecisión del PSE, criticó con dureza las voces que en las últimas fechas han salido en defensa de Garoña, a las que tildó de «fuerzas cavernarias y retrógadas», y a las que acusó de «mentir a la ciudadanía» con sus amenazas de crisis energética o subida de la luz.
Frente a ese «viejo mundo» propuso el «nuevo que hoy está aquí, que planteamos otra forma de vivir, donde la mayoría de la ciudadanía tenga la palabra». Y se dirigió a Rodríguez Zapatero para que diga si está «con las fuerzas cavernarias» o «si se quiere apuntar a un mundo nuevo que está representado en estas calles».
La marcha concluyó, tras la oratoria, con un enérgico «Jo ta ke, Garoña itxi arte!», saludado con el mismo lema. La sociedad alavesa hablaba por enésima y, confía, que última vez; ahora es el turno del Gobierno del PSOE.