Partidos como PSOE, PP o PNV siguen sin posicionarse sobre la desaparición del militante de ETA Jon Anza, cuando han transcurrido ya casi 50 días desde que fue visto por última vez. Sólo el ministro del Interior español, Alfredo Pérez Rubalcaba, aludió una vez al caso para calificar de «patraña» la sospecha de ETA de que Anza ha sido víctima de la guerra sucia. Ayer, la denuncia social llegó hasta los colegios electorales y provocó una respuesta especialmente crispada del PP.

Su máximo mandatario en la CAV, Antonio Basagoiti, se descolgó con unas declaraciones en las que afirmaba que esas interpelaciones «no sólo vulneran y contravienen la normativa electoral, sino que pueden ser constitutivas de un delito de terrorismo, en cuanto que suponen enaltecimiento de un miembro de ETA».

Así las cosas, el PP pidió que fueran identificados quienes portaran imágenes de Jon Anza, y que los datos se trasladen a la Fiscalía para que «depure las responsabilidades penales que corresponda». De paso, reclamó que se usen para ilegalizar a Iniciativa Internacionalista-Solidaridad entre los Pueblos, «ya que esta gente ha aprovechado la estructura de Batasuna para estar presente en los colegios y actuar de la misma manera, lo que demuestra que son los mismos».

La pregunta de «dónde está Jon» llegó también, a través de carteles y gritos, al lehendakari, Patxi López, y a la candidata del PNV Izaskun Bilbao cuando acudieron a emitir su voto. La presidenta del Parlamento de Gasteiz, Arantza Quiroga, también fue interpelada cuando acudía a depositar su voto en Irun.

Vecinos de Intxaurrondo -barrio donostiarra de Jon Anza- y allegados del militante vasco han convocado una manifestación nacional con el fin de impulsar la denuncia del caso y exigir responsabilidades al Gobierno francés. Se llevará a cabo el sábado en Donostia, a partir de las 17.30, desde el Boulevard.