Jenson Button suma y sigue. Los avances que todas las escuderías prometen semana tras semana no acaban de llegar, y la supremacía del piloto inglés se hace cada vez mayor. Ayer se vivió un capítulo extra del poder de Button, y sobre el circuito de Estambul se pudo observar la puntilla que ningún aficionado a la F1 quería ver este año: la señal que indica que ya sí, casi todo ha acabado.

Rubens Barrichello, compañero de escudería del piloto inglés, y nombrado al unísono por la prensa internacional como «el único piloto capaz de dañar a Button», realizó una pésima carrera, y entre la horrible salida que hizo y un toque con Adrian Sutil que destrozó el alerón del de Brawn GP, el piloto brasileño decidió abandonar la carrera murmurando.

La salida volvía a ser clave y la irrupción de Sebastian Vettel, que consiguió la pole en los entrenamientos del sábado, se antojaba esperanzadora para aquel que aún quisiera disfrutar de algo de emoción en la presente temporada de la F1.

Pero el sueño duró 5 curvas. Las que tardó Jenson Button en apretar al piloto alemán, para que éste, presa de sus nervios, cometiera un error que lo envió fuera de pista, y que abrió de par en par las puertas de una nueva victoria al inglés. Ni la ligera mejoría que los Ferrari habián exhibido en las últimas semanas apareció ayer por ningún lado.

Red Bull aguanta

Tras la nueva debacle de McLaren, Ferrari y Renault, Mark Webber y Sebastian Vettel han vuelto a mostrar que Red Bull es el único equipo capaz de aguantar con cierto sosiego el arreón de la escudería de Ross Brawn. Así, el australiano y el alemán acompañaron al inglés en los cajones inferiores del podio.