Una semana después de que se consumase su descenso, el Eibar confirmó que tampoco la presión ha sido el causante de sus males. En un encuentro intrascendente para los dos contendientes, el cuadro armero vio cómo el Girona remontaba en dos ocasiones, para prolongar hasta quince las jornadas que han saldado los eibarreses sin poder celebrar la victoria.

Fue, en definitiva, una muesca más en la carrera que parece estar protagonizando el Eibar, dispuesto a batir todos sus records negativos. Ya lo ha logrado con los goles encajados. Con los dos que cayeron ayer, alcanza los 59, superando por tres los que recibió hace exactamente diez años. También ha batido el de derrotas, que suman ya 22. Y si el panorama no cambia mucho, sucederá lo mismo con los puntos e incluso podría caer la racha de encuentros sin victoria: fueron 17 en la primera temporada del equipo en Segunda A, pese a lo que, curiosamente, acabó logrando la permanencia.

Un auténtico desastre, en definitiva, con una sola consecuencia posible, confirmada ya la pasada semana.

Aunque el empate frente al Girona podría tener otra. Se aseguraba en los corrillos previos al choque que la directiva confiaba en que el Eibar pudiese ganar ayer para, aprovechando la rueda de prensa prevista para mañana, anunciar la renovación de Josu Uribe en un clima menos tenso. El enésimo revés del año no sólo pospondrá ese anuncio sino que, visto cómo se desarrolló ayer la comparecencia del técnico, puede haberlo descartado de manera definitiva. No es que, lógicamente, Uribe sea el único culpable de la espectacular caída libre que viene protagonizando el equipo. Pero no es menos cierto que el asturiano ha estado muy lejos de cumplir con el papel de revulsivo que se le encomendó. Ni siquiera sin presión ha sido capaz de ganar el equipo con Uribe en el banquillo.

Y eso que, el de ayer, tampoco fue un mal partido. Los azulgranas dominaron de inicio a su rival, matemáticamente salvado desde que el Alavés cayera la víspera. Todas las ocasiones -no demasiadas, pero sí muy claras- del primer tiempo fueron para el Eibar, que incluso vio cómo el árbitro anulaba un gol por fuera de juego de Sutil o Amantegi salvaba sobre la línea de gol un remate de Germán que ya había batido al portero.

Mejoró el panorama tras el descanso cuando, por fin, los eibarreses acertaban en la portería. Fue la mejor noticia de la tarde, sobre todo porque estuvo protagonizada por Asier Sánchez, que ayer debutaba en la categoría de plata -ya lo había hecho con el primer equipo, aunque hace dos temporadas, cuando militaba en Segunda B-. Tres remates consecutivos detuvo Iván Gómez hasta que el cuarto, el de arrasatearra, perforó por fin las redes.

Alternativas finales

Aunque el Girona intentaba mover con gusto el balón, el partido parecía sentenciado. Pero sólo lo parecía, porque una alocada recta final trastocó el resultado hasta en tres ocasiones. Empató Felipe Sanchón en el 83; un minuto después, Alaña aprovechaba un penalti sobre Añibarro para anotar el 2-1 y tres minutos más tarde era el de Zeberio el que cometía un penalti, convertido por Gerard en el definitivo empate a dos.

Todavía sin ascensos

Parecía la jornada definitiva, pero no lo ha sido: aunque lo tienen muy cerca, Tenerife -nuevo líder de Segunda-, Xerez y Zaragoza deben seguir esperando para poder certificar su ascenso. Sólo podría impedirlo el Hércules, aunque necesita una auténtica carambola.