«Es el momento de construir entre todos el cambio que necesita Euskal Herria»
Desde la perspectiva que le dan las batallas que ha librado, Iosu Martínez, miembro de la asociación de pensionistas SASOIA y de Herria Abian!, considera que «es el momento» de «quemar todo lo viejo» y construir un nuevo modelo socioeconómico. El sábado quieren marcar un nuevo hito en este camino.
Iker BIZKARGUENAGA |
En la presentación de las jornadas del próximo sábado se dijo que uno de los objetivos de esta cita es «acumular fuerzas». Acumular fuerzas, ¿para qué?
Es muy importante acumular fuerzas y unirse todos los colectivos que hoy andan dispersos. Los pequeños colectivos, hasta ahora, han tenido una labor muy importante que ha sido la de crear opinión, formar a la gente que tienen alrededor y abrir pequeños boquetes en ese muro infranqueable que es el sistema, pero el poder asume y asimila esos pequeños grupos, son pequeñas fiebres que se van con aspirina, pequeñas epidermis que desaparecen con una suave crema, pero estas pequeñas enfermedades sin importancia se pueden convertir en una metástasis imposible de curar. Esa acumulación de fuerzas es muy importante para poder hacer frente a todos los recortes de derechos y para responder ante la crisis. Además, es importante juntarnos para poder construir una alternativa, otro modelo socioeconómico, otra Euskal Herria.
Los convocantes destacan que otro mundo es posible y otra Euskal Herria necesaria. ¿Y cómo se construye?
El Estado español hace aguas por todos los lados. Con una corrupción generalizada que alcanza a jueces, políticos, empresarios, un paro que en poco tiempo puede llegar al 30%, y actualmente con una cifra de parados oficiales que superan los cuatro millones, con unas expectativas económicas a la baja y actualmente en una clara recesión. Un Estado pauperizado por los desvíos de miles de millones de euros a la banca, cajas y multinacionales, ayudas para adquisición de bienes con un sólo beneficiario que son las empresas, proyectos faraónicos que empobrecen más todavía las arcas públicas, con una reforma de la Seguridad Social en ciernes... éste es el momento.
La identidad como pueblo diferenciado y la conciencia de clase nos darán el triunfo en esta lucha social que tenemos que desarrollar cada día. Conciencia de clase, lucha y aunar tantas fuerzas como podamos y empujar tan fuerte como seamos capaces y sacar los problemas a la calle es el camino. Hay que quemar todo lo viejo, porque alternativas tenemos, ganas también, hay que dar un poco de brillo a lo nuevo que empieza a nacer. Y todos estos cambios se darán si, primero, lo tenemos claro nosotros; segundo, si no aparcamos la conciencia de clase que nos es necesaria para cualquier avance social que pretendamos; y tercero, si queremos una nueva Euskal Herria, necesitamos la identidad como pueblo que somos e instrumentos para poder construirla, para poder construir entre todas y entre todos los que vivimos en Euskal Herria el cambio que necesitamos.
Desde que Herria Abian! salió a la luz, personas de diversos estamentos sociales han explicado sus motivos para sumarse a este trabajo en conjunto. ¿Cuál es la aportación de los y las jubiladas en este debate?
Nosotros fundimos nuestros sueños con los de las personas más jóvenes, incluso muy jóvenes, y de ahí tiene que salir una buena argamasa para construir esa otra Euskal Herria, porque la tenemos que construir entre todos. Nosotros pondremos nuestro granito de arena en pié de igualdad con los demás, no somos ni más ni menos que el resto, todos aportamos ideas, y será necesario analizarlas, estudiarlas y ponerlas en marcha. No hay duda de que nuestras opiniones están influenciadas por nuestro pasado de lucha, entrega, pasión y pueden ser positivas, pero hay ocasiones que pueden ser un lastre del que es necesario apartarse, no podemos anclarnos en el pasado; las ideas nacen y florecen cada día, luego crecen, se desarrollan y echan brotes.
Partiendo de una situación socioeconómica general difícil para todos, ¿cuáles son las particularidades que deben sufrir ustedes?
Son muchos los problemas que tenemos, algunos endémicos: la situación de las viudas y las pensiones humillantes quizás sean los que más se ven, pero hay otros muchos. Una mujer que se queda viuda no puede pasar a cobrar el 52 % de lo que cobraba su marido; hay pensiones humillantes que, a veces, justo superan el 50 % del salario mínimo interprofesional; los malos tratos en residencias son bastante habituales, entre otras causas por falta de personal; hay una larga lista de pensionistas en espera para conseguir una plaza en una residencia; existe desatención domiciliaria por falta de personal; hay personas que viven en casas sin ascensor y no pueden salir a la calle y viven, fundamentalmente, de la caridad de sus vecinos; los precios de las residencias son tan elevados que ni con la pensión máxima de la seguridad social es posible pagarlas; el que a una persona se le obligue a hipotecar el piso propio para ingresar en una residencia es de una gravedad máxima. Nos encontramos con personas que su única propiedad es su piso y no tienen dinero ni ningún otro bien del que puedan disponer. Es una sangría generalizada.
El día 13 se pretende hacer un diagnóstico común, pero una vez logrado, ¿cuál será el camino a recorrer?
El diagnóstico común no es una meta sino un punto de partida. A partir de aquí tenemos que aunar voluntades, acumular fuerzas, tenemos que hacer una gran piña, bien unidos y empujando todos en la misma dirección para que este pueblo conquiste los instrumentos ne- cesarios para poder dar ese cambio también en el ámbito socioeconómico y podamos construir la alternativa que necesitamos. Desde aquí hago un llamamiento para que colectivos y personas a nivel individual se acerquen a Herria Abian! y trabajemos todos juntos. Eso sí, ese trabajo en común no puede ensombrecer la lucha de cada ámbito. Cada sector debe seguir con esa labor por conquistar ese cambio que necesitamos. Mi deber es continuar en SASOIA y seguir horadando ese muro infranqueable, tenemos que hacer igual que los sagutxus cuando muerden y muerden las paredes hasta que llegan donde desean.