El presidente del Ejecutivo español, José Luis Rodríguez Zapatero, eludió ayer aclarar cual será la decisión de su Gobierno sobre el futuro de la central nuclear de Santa María de Garoña. No obstante, Rodríguez Zapatero desveló que a la hora de tomar esa decisión «procurará» cumplir con el «compromiso electoral, programático y de investidura» adquirido por el PSOE, que fijó potenciar las energías renovables y comenzar con el cierre ordenado de las centrales nucleares del Estado español una vez terminaran su vida útil.

En el caso de Garoña, construida en la década de 1960, ese periodo concluye en el año 2011, por lo que de cumplir el PSOE lo que prometió, sería este año en el que se procedería a su cierre definitivo. De todos modos, el presidente del Ejecutivo español condicionó la clausura de la central a que «quedase garantizada la suficiencia del suministro a los ciudadanos y a las empresas». Cabe recordar que el pasado año Garoña solamente produjo el 1,35% de la energía eléctrica del Estado español.

El Consejo de Seguridad Nuclear (CSN) emitió el pasado viernes una propuesta de dictamen favorable a la renovación por diez años más. Desde este organismo aseguran que si la central se cerrase, la factura de la luz se encarecería de manera sustancial; un extremo que han negado desde las asociaciones ecologistas. El Gobierno español tiene ahora de plazo hasta el 5 de julio para pronunciarse sobre la solicitud del CSN, prolongando por una década más la actividad en la central o fijando su fecha de cierre.

No obstante, el CSN matizaba en su informe que para la continuidad de la actividad de la central sería necesario garantizar el cumplimiento de quince requisitos. Entre ellos, se mencionan algunos tan fundamentales para la seguridad que hacen preguntarse por qué el Ejecutivo no los ha acometido hasta ahora.

En el texto se advierte de la necesidad de cambiar el sistema de tratamiento de gases radiactivos en caso de accidente, cumplir con el refuerzo del aislamiento de las penetraciones de los muros de contención, mejorar la independencia de los equipos y circuitos eléctricos o mejorar la protección contra incendios de equipos y sistemas de seguridad.

Tres variables

En su comparecencia de ayer en la sesión de control al Gobierno español en el Senado, Zapatero se refirió a Garoña a preguntas del diputado del PP Pío García Escudero. Anunció que para la toma de decisión sobre la central nuclear su Ejecutivo tendrá en cuenta tres variables. La primera giraría en torno a la seguridad de la central, la segunda sobre la seguridad del suministro eléctrico y la tercera acerca del propio compromiso de su formación por el impulso de las energías limpias y renovables.

La comparecencia ayer del presidente español había generado gran expectación entre todo el movimiento opositor a la renovación de la antigua central burgalesa, desde grupos ecologistas hasta la propia Diputación alavesa, que se ha pronunciado en repetidas ocasiones defendiendo su clausura definitiva.

De ese modo, el diputado de Medio Ambiente, Mikel Mintegi, consideró ayer por la mañana que Zapatero será «honesto», cumplirá su palabra y decidirá la clausura «inmediata y definitiva» de la central. Mintegi mostró su firme convencimiento de que el presidente español «no va a hacer caso a las presiones» y terminará cerrando Garoña.

Asimismo, aprovechó su intervención para reiterar «el firme compromiso» de la Diputación alavesa por las energías renovables.

Menos optimista se mostró, en cambio, el conseller de Medio Ambiente de la Generalitat de Cataluña, Francesc Baltasar, quien consideró que Rodríguez Zapatero cederá «a las presiones de sectores nuclearistas».