El Tribunal Constitucional de Gabón designó ayer a la titular del Senado, Rose Francine Rogombé, presidenta interina del país, tras la muerte de Omar Bongo Ondimba el domingo en una clínica de Barcelona, según informaron emisoras de radio de la capital.

Mientras tanto, presidencias africanas seguían mandando mensajes de pésame por el fallecimiento de Bongo. Incluso Estados Unidos expresó sus condolencias y lamentó la desaparición de «un líder que se dedicó a la causa de la paz en su país y la región». «Durante sus cuatro largas décadas en el poder intentó usar su influencia para ayudar a resolver conflictos en todo el continente», señaló la Casa Blanca.

La prensa y la sociedad de Gabón observan con cierta preocupación el futuro inmediato de este país africano que, si bien ha gozado de una excepcional estabilidad en la región, apenas destaca por su proceso electoral.

Las divisiones y luchas internas en el clan Bongo, en las que también hay un componente étnico, representan el primer y más grave problema. Bongo pertenecía a una etnia minoritaria.

El país está fuertemente endeudado, por lo que los analistas auguran fuertes luchas sociales.