He aquí un experimento entre ficción y documental que permite una serie de reflexiones, relacionadas con el poder mediático de las estrellas cinematográficas a la hora de influir sobre la opinión pública respecto a los conflictos internacionales. El que Angelina Jolie, por ejemplo, viaje a países donde se están violando los derechos humanos para sacarse unas fotos con las víctimas o bien para adoptar a algún niño superviviente, no quiere decir que sirva realmente para algo. Es posible incluso que ayude a promocionar el turismo de la miseria, animando a otras personas pudientes a viajar a lugares en los que van a observar el horror de primera mano, sin la distancia de los noticieros televisivos. Lo que sobre el papel serían gestos solidarios, por parte de quien teniéndolo todo se siente en deuda con aquellos que se encuentran en la situación contraria, acaban pervertidos por culpa de su trasfondo promocional, en cuanto que son actos que contribuyen a dar una imagen interesadamente humanitaria de los famosos necesitados de la aceptación y el favor de las audiencias.

En esa ambigua tesitura se halla la divina Catherine Deneuve, que fue invitada a principios del 2007 a una gala solidaria en Beirut. La visita fue aprovechada por la pareja de realizadores libanesa que forman Khalil Joreige y Joana Hadjithomas, quienes le propusieron a la actriz que se prestase como guía para una película destinada a recoger sus impresiones sobre las consecuencias de la invasión del Ejército israelí en el sur del Libano, ocurrida seis meses antes. La actitud personal de la actriz, resumida en el título de «Je veux voir» (Yo quiero ver), se limita a su insistencia en contemplar con sus propios ojos las huellas del genocidio, presentes en las ruinas y el desastre social consiguiente. Para dotar de mayor credibilidad a su empeño en sentir el dolor acumulado en la zona, sin protección o medidas especiales de seguridad, la Deneuve da indicaciones a sus escoltas para que se desplacen en un coche a una prudencial distancia. En su lugar opta por la compañía más apropiada del actor Rabih Mroué.