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La recuperación de Kevin Smith gracias a Seth Rogen

«¿Hacemos una porno?»

Kevin Smith ha conseguido por fin superar la dependencia de su siempre recordada ópera prima «Clerks», para engancharse a la nueva comedia norteamericana de la factoría Apatow de la mano de Seth Rogen, uno de sus jóvenes actores más talentosos y capaces de aportar la frescura que le faltaba en los últimos tiempos al cine del chico de New Jersey.

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Mikel INSAUSTI | DONOSTIA

La carrera de Kevin Smith ha remontado con «¿Hacemos una porno?», contradiciendo a quienes ya la veíamos agotada. Y es que nunca hay que subestimar la capacidad de supervivencia de quienes hacen del cine su profesión y, en un momento dado, son capaces de reinventarse a sí mismos con tal de seguir entre el grupo de privilegiados a los que dedican sus portadas las revistas especializadas.

El problema del chico de New Jersey consistía básicamente en haber alcanzado la fama dentro de la comedia independiente en clave coyuntural, hecha para la juventud de la década de los noventa, así que su continuidad en la actualidad ha llegado a depender de la superación de esas limitaciones generacionales. Hace tres años cometió el grave error de hacer una secuela de su exitosa y recordada ópera prima «Clerks», con la que debutó en 1994 a la edad de 23 años. No fue una buena idea el volver sobre su viejo y tal vez único bombazo al acercarse a la peligrosa barrera de los cuarenta, edad que cumplirá justo este verano. Sin embargo, ha tenido la suficiente cintura para esquivar el golpe definitivo que hubiera dado con sus mullidos huesos en la lona, al reconducir la temática del «peterpanismo» hacia la nueva comedia norteamericana que ahora triunfa en todas las carteleras del mundo, de la mano del vigente rey del género Judd Apatow.

Se ha olvidado de sus actores habituales, salvo de su inseparable Jason Mewes, con el que venía formando la pareja cómica Jay y Bob El Silencioso, para confiar su recuperación al carisma del joven Seth Rogen, una de las estrellas emergentes de la factoría Apatow.

Talento que nunca faltó

La crisis que acaba de superar Kevin Smith nunca se debió a la falta de talento, y eso quiero dejarlo bien claro, porque en la rama informativa del cine es raro encontrar a alguien que disfrute con los juguetes rotos. Muy al contrario, el malditismo y la aureola de perdedor siempre han gozado de buena prensa, aunque el caso del chico de New Jersey venía siendo otro. El progresivo bajón observado en su filmografía provenía de la dificultad para adaptarse a la industria de Hollywood. Esto se explica muy fácil, puesto que Kevin Smith se dio a conocer con una realización casera de ínfimo presupuesto, rodada en blanco y negro en la misma tienda donde trabajaba, y que se costeó vendiendo su colección de comics privada.

El triunfo en el Festival de Sundance le aseguró la distribución a través de Miramax, con lo que las recaudaciones fueron desproporcionadas con respecto a la ridícula inversión. Pero después todo se fue volviendo más difícil, por la sencilla razón de que ya estaba obligado a trabajar con más medios y le era imposible conservar el espíritu inicial de trabajo pensado y hecho dentro del reducido círculo de sus amistades.

Además, el bueno de Kevin demostró ser un tipo honesto, cuando no se quiso apuntar el tanto del Óscar al Mejor Guión conseguido por sus amigos Ben Affleck y Matt Damon con «El indomable Will Hunting», que era de inspiración autobiográfica y hablaba de su época estudiantil. Es una de las muchas anécdotas que han hecho que el chico de New Jersey sea querido por la cinefilia, y que la crítica nunca se haya cebado demasiado con él, un poco como ocurre en nuestros lares con Álex de la Iglesia.

Un auténtico «freak»

Kevin Smith sigue siendo visto como alguien auténtico, capaz de conservar su denominación de origen «freak» a pesar de todos los pesares. Y ello es gracias sobre todo a que ha seguido escribiendo comics, destacando su colaboración permanente dentro de la serie del superhéroe «Daredevil». Esa tendencia innata hacia la historieta gráfica la ha mantenido en paralelo a la actividad fílmica, al ir editando versiones en cómic de los argumentos de todas sus películas. Es más, abrió su propia tienda en New Jersey consagrada a Jay y Bob El Silencio, de la cual ya tiene sucursal en Los Angeles.

En cambio, la mayoría de los guiones que ha escrito para el cine no han sido admitidos por los grandes estudios, en cuya mentalidad comercial a lo grande nunca acaba de encajar, y así se fue directamente a la papelera, entre otros muchos, el que escribió para «Million Dollar Baby». Por todo ello, ha tenido que esperar a conseguir conciliar el amateurismo creativo en el que se siente a gusto con el cine de distribución masiva, objetivo que por fin ha visto cumplido con «¿Hacemos una porno?».

Para encajar su personal humor generacional dentro de los parámetros de las comedias de Judd Apatow, Kevin Smith se ha visto obligado a renunciar, al menos técnicamente, a algunas de sus señas de identidad. En «¿Hacemos una porno?» cede por primera vez a la improvisación, sin ceñirse a los diálogos previamente escritos en el guión. Era la única manera de que el improvisador Seth Rogen aportara la frescura que se echa en falta en su cine, sin por ello tener que renunciar a los guiños a sus seguidores de siempre. El planteamiento argumental de partida es muy Rogen, lo que equivale a decir muy Apatow, porque se trata de una pareja de amigos que comparten piso, sin derecho a roce, y que se conocen desde la universidad. También comparten una misma manera de ser bastante despreocupada, lo que les lleva a verse en serias dificultades económicas. Y es ahí donde deciden hacer una peli porno casera a lo Kevin Smith, una parodia de «Star Wars» que retitulan «Star Whores».

El humor realista del canadiense Seth Rogen

Seth Rogen ha triunfado en la nueva comedia estadounidense con sólo 27 años, gracias a que este joven actor canadiense fue descubierto por Judd Apatow hace cuatro años para el reparto de «Virgen a los 40». Tras pasar por la coral «Supersalidos», se convirtió en el protagonista absoluto de «Lío embarazoso», revelándose como un prototipo entre calamitoso y romántico del chico corriente que podría ser el vecino de cualquiera de los espectadores. Pero la consagración definitiva a las ordenes de Apatow se anuncia con «Funny People», considerada ya como la comedia del año, y en la que comparte cabeza de cartel junto a Adam Sandler, Jonah Hill, Leslie Man, Eric Bana y Jason Schwartzman. Esta reflexión sobre la vida y el oficio del monologuista pone a prueba su capacidad de improvisación, que le lleva a intervenir personalmente en la reescritura de los diálogos. Preparado ya para rendir igual con otros cineastas que no sean Apatow, tras colaborar con Kevin Smith lo hará con el excéntrico Michael Gondry en «The Green Hornet», versión cinematográfica de la mítica serie de televisión coprotagonizada por Bruce Lee, quien será reemplazado por el genial Stephen Chow.M. I.

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