La familia recuerda a Nagore Laffage un año después de su muerte
La familia de Nagore Laffage, que fue víctima mortal de la violencia machista en los pasados Sanfermines, celebró ayer en Iruñea una concentración para mantener su recuerdo y reclamar justicia.
GARA |
Durante la concentración en la Plaza del Vínculo, los asistentes colocaron a los pies de una imagen de la joven con su uniforme de enfermera velas encendidas y claveles blancos. La movilización se produjo a tres días de que se cumpla un año de que José Diego Yllanes acabara presuntamente con la vida de la joven de Irun.
Terminado el acto, la madre de Nagore Laffage, Asun Casasola, agradeció la presencia de todos porque «la familia necesita apoyo» y «justicia», dijo, y mostró su temor ante el juicio previsto para setiembre después de conocer que la defensa del acusado -José Diego Yllanes, un iruindarra siquiatra de la Clínica Universidad de Navarra- va a presentar nuevos testigos.
Laffage era estudiante de Enfermería en el mismo centro y ayer, en vísperas de que se cumpla el primer aniversario de su muerte, Casasola aseguró en declaraciones a los periodistas que «cada día es más duro» ya que desde el 7 de julio de 2008 «no vivo, solo tengo una obsesión: justicia y que pague».
«Mi niña tenía 20 años» y «tiene que pagar porque la mató. No fue un golpe, la asesinó», afirmó, al tiempo que comentó de su preocupación porque el presunto autor de la muerte viene «de una familia socialmente fuerte y eso se nota».
Al respecto, volvió a criticar que a diferencia de otros casos, en éste no se ha hecho pública ni una sola imagen del detenido, al que definió como «persona fría y calculadora» por cómo actuó el día del crimen y por su capacidad para ponerse a estudiar una carrera dos meses estando en la cárcel.
La madre de Nagore Laffage lamentó, además, la actitud de los padres del detenido, «que no son capaces de llamar, mandar una carta o un telegrama» porque «se piensan que ellos son de primera y yo de quinta» y por eso subrayó que lo que le queda es confiar en la justicia para que «el que asesina, pague», aunque también hizo un llamamiento para educar a la sociedad en la igualdad y erradicar la violencia de género.