El tour 2009 comenzó en mónaco
Cancellara confirmó su favoritismo en la crono y Contador, en la prueba
Fabian Cancellara logró la victoria en la primera etapa contrarreloj del Tour en una jornada en la que se confirmaron los pronósticos. El suizo, mejor especialista de esta década, ganaba con autoridad la crono y Contador, gran favorito al triunfo, era segundo y distanciaba a sus rivales.
Joseba ITURRIA | MÓNACO
Fabian Cancellara se vistió el primer maillot amarillo del Tour al demostrar sus dotes de especialista en la segunda parte de la crono, en la que recuperó los seis segundos que perdió en la suave subida inicial de siete kilómetros con respecto a Contador y le aventajó en meta en otros dieciocho al madrileño, segundo de la etapa y primero entre los favoritos de la general.
Porque, aunque el suizo se marca el objetivo de ganar el Tour algún día y ha demostrado su progresión en la montaña en la Vuelta a Suiza que acaba de ganar, no parece capaz de pelear por los puestos de podio aún. Por eso, en la batalla de la general Contador dio el primer golpe psicológico a sus rivales y, aunque no quiso entrar en el juego de Armstrong de establecer la crono para decidir quién es el líder del Astana, lo dejó claro.
El tejano hizo un buen tiempo sin referencias, decidió salir el primero de su escuadra y fue décimo, pero eso en su equipo sólo le sirvió para ser el cuarto. No sólo Contador, también Leipheimer y Klöden le superaron en una exhibición del equipo de Bruyneel que le convierte en principal favorito para la crono de Montpellier del martes.
Ellos fueron los vencedores de la etapa y entre los derrotados estuvieron los dos que mejor acabaron el Giro: Sastre y, sobre todo, Menchov, que fue doblado por Cancellara pese a salir minuto y medio por delante. Perder 1.13 con Contador en la especialidad del ruso de Gorraiz, la que le sirvió para ganar el Giro, no entraba en ningún pronóstico y también cedió demasiado el último vencedor del Tour, que el viernes anunciaba que iba a salir de amarillo desde la cabeza a los pies y se encontró con la sorpresa de que tuvo que correr con el maillot de su equipo. Más sorprendente fue que en siete kilómetros de subida perdiera 36 segundos con Contador. Luego mejoró y sólo cedió otros 12.
Los derrotados
Más perdió Frank Schleck, que llegaba al Tour con dudas sobre el estado de la rodilla y no es un especialista. La buena crono de su hermano Andy motivará que gane enteros como líder del equipo que dominó el último Tour. Otro derrotado fue Kim Kirchen, que comenzaba la prueba como líder del Columbia para la general y con el objetivo de mejorar el séptimo puesto de las dos últimas ediciones. Perdió 1.57 y fue el 109 de la etapa cuando el año pasado acabó segundo la primera contrarreloj sólo superado por Stefan Schumacher, que después dio positivo por CERA, y gracias a eso logró el maillot amarillo.
Entre los vencedores de la etapa estuvo el equipo Liquigas, que colocó a sus dos líderes, Nibali y Kreuziger, entre los nueve primeros de la crono. Renunciaron al Giro para centrar toda su temporada en el Tour y habrá que contar con ellos, aunque tampoco se pueden sacar demasiadas conclusiones de lo sucedido en quince kilómetros cuando faltan 3.444 por recorrer y la mayor parte de la dureza de la carrera está en la última semana, con la crono larga y unos exigentes Alpes que se cerrarán con la mítica subida al Ventoux.
Hoy la segunda etapa lleva a los ciclistas desde Mónaco a Brignoles, 187 kilómetros que presentan de entrada la subida a La Turbie, un puerto de tercera en el que se puede formar la fuga del día, aunque lo normal es que el triunfo se decida al sprint.
Mikel Astarloza fue el mejor vasco con un plausible duodécimo puesto que mejoraba las expectativas del manager del Euskaltel, Miguel Madariaga, que antes de salir daba por bueno un puesto entre los veinte primeros. Confirmó el buen momento de forma exhibido en la Dauphiné y que llega al Tour mejor que nunca. Ahora sólo hace falta que mantenga ese nivel en las tres semanas para volver a acabar el Tour entre los diez primeros. Juanjo Oroz y Gorka Verdugo también hicieron una muy buena crono y colocaron a Euskaltel sexto en la general por equipos, algo muy meritorio. Por contra, Igor Anton perdió 1.38 con Cancellara, pero no piensa disputar la general y se centrará en buscar un triunfo de etapa.
Joseba ITURRIA
Mikel Astarloza obtuvo un meritorio decimosegundo puesto, aunque el pasaitarra se quejó de las condiciones climáticas, «con mucho calor para una prueba de este tipo». Pese a ello, se mostró «muy satisfecho y contento» por el resultado conseguido, que demuestra que llega en un buen momento de forma a la Grand Boucle. «El objetivo era estar cerca de los mejores y creo que se ha conseguido. Al principio había un repecho duro que lo ha hecho más difícil para los especialistas», comentó.
Ese obstáculo no lo fue tal para el máximo favorito, que confirmó todos los pronósticos. Superando el «momento crítico» que reconoció padecer este pasado invierno «en el que no encontraba mi punto de forma», el suizo Fabian Cancellara impuso su pedalada: «Sabía que si estaba bien, iba a ser muy difícil que los demás consiguieran mi tiempo. Ahora voy a defender el maillot amarillo hasta la contrarreloj por equipos de Montpellier».
No ganó, pero fue el vencedor virtual de la jornada inaugural al ser el mejor de entre los favoritos y endosar algunos segundos a sus más directos rivales. Alberto Contador, máximo favorito en todas las apuestas para hacerse con la ronda gala, admitió que su objetivo era «distanciar a los corredores que puedan ser una amenaza en la general», si bien «las diferencias son mínimas, pero lo importante es que las sensaciones son buenas y que las piernas responden».
El de Pinto quiso dejar así claro quién es el líder en Astana -lo refrendó después su director, Johan Bruyneel- frente a un Lance Armstrong que confesó haber corrido «nervioso» y no del todo cómodo en un circuito «muy técnico» en el que «me he sentido disperso con tanto sube y baja, aunque he recuperado las emociones de la competición».
Con la sombra de su denuncia por consumo de cocaína y rescatado a última hora para la carrera, Tom Boonen asumió que «no soy el corredor de hace cinco años. Me dedicaré a observar e intentar ganar».
GARA
