El Estatuto de los Trabajadores señala que el trabajo en turno de noche no debe superar las dos semanas seguidas, salvo que se prolongue por decisión voluntaria del trabajador. Además, advierte de que los empresarios deberán garantizar a los trabajadores en turno de noche una evaluación gratuita de la salud en periodos regulares, y establece que los operarios a los que se les reconozcan problemas de salud ligados al trabajo nocturno tienen derecho a ser destinados a un puesto en horario diurno.

La normativa establece asimismo qué se considera un trabajador nocturno. «Eres un trabajador nocturno si inviertes no menos de tres horas de su trabajo diario o al menos la tercera parte de tu jornada anual entre las 22.00 horas y las 6.00 de la mañana», según recoge la legislación laboral, que además distingue en materia de jornada laboral la categoría de «periodo nocturno», en referencia al trabajo que se realiza entre las 22.00 y las 6.00 horas.

Sin embargo, en algunos sectores se está extendiendo el recurso al trabajo en turnos de noche para aumentar la productividad, pese a que se conoce que en el turno de noche se obtiene un menor rendimiento y el trabajo realizado es de menor calidad. Se sabe, incluso, que es en el tramo horario de las 3.00 hasta las 6.00, cuando más se resienten la capacidad de atención y la precisión.

Algunos estudios mantiene que las personas que trabajan a turnos perciben su trabajo como más estresante que el trabajo de día y refieren incluso fatiga física y mental. Además, se relaciona el colectivo que trabaja habitualmente de noche con mayores consumos de café, tabaco y excitantes.

En algunos casos, el trabajo prolongado a lo largo de años durante la noche ha dado lugar a enfermedades graves reconocidas por los tribunales. En Dinamarca, 38 mujeres fueron indemnizadas porque habían desarrollado un tumor de mama después de trabajar un mínimo de una noche a la semana durante al menos 20 años.

Produce alteraciones

Diferentes estudios médicos convienen que trabajar de noche, además de alteraciones en el sueño, produce trastornos nerviosos, gastrointestinales y afecta a las relaciones sociales y familiares. En lo que respecta al rendimiento en el puesto de trabajo, los investigadores constatan que disminuye la capacidad de control y que esos turnos están relacionados con una mayor siniestralidad.

Las recomendaciones de expertos y organismos laborales son claras; la primera es reducir al máximo los turnos en horario de noche y, si es imposible, mejorar las condiciones de trabajo y vigilar la salud. La legislación del Estado español establece que los trabajadores nocturnos no deben sobrepasar una jornada de ocho horas diarias y excluye expresamente la realización de horas extraordinarias en periodo nocturno.

Entre las medidas preventivas que se plantean, destaca el aumento de los tiempos de descanso durante la jornada nocturna y limitar el tiempo para trabajar a turnos.

Las recomendaciones insisten, asimismo, en que los trabajadores deben participar en la elección de los turnos y que estos deben respetar al máximo el ciclo de sueño, por lo que se aconseja que se realicen entre las 6.00 y 7.00, entre las 14.00 y las 15.00 y entre las 22.00 y las 23.00 horas. Se advierte, asimismo, de la necesidad de atender los turnos de rotación, aunque no hay acuerdo sobre cuál es el mejor. Algunos expertos mantienen que la rotación natural, mañana, tarde y noche es la mejor, mientras otros sostienen que debería ser a la inversa.

Los expertos desaconsejan trabajar en turnos de noche a los menores de 20 años y a los mayores de 45 y recomiendan no trabajar nunca en solitario.

Por lo que respecta a la vigilancia de la salud, se insiste en la recomendación de que los reconocimientos preventivos a estos trabajadores se realicen cada seis meses.