El Basque Culinary Center «degusta» su primer plato
A falta de dos años para que el proyecto sea palpable, el Basque Culinary Center sube otro escalón más en su carrera hacia la realidad. Sus responsables presentaron ayer el proyecto arquitectónico de la futura sede, un edificio orientado hacia la innovación culinaria.Ariane KAMIO | DONOSTIA
El proyecto arquitectónico titulado Culinary Landscape, diseñado por el estudio donostiarra Vaumm Arquitectura, ha sido el elegido por el jurado del futuro Basque Culinary Center entre noventa propuestas presentadas al concurso. El edificio, que pretende entablar un «diálogo con el paisaje», se construirá en la ladera del Parque Tecnológico de Donostia, para crear una facultad que se aproximará bastante a un paisaje gastronómico. Fundida en el entorno y en el paisaje que le rodea, la nueva sede contará con un exterior con forma de platos apilados, una idea «reciclada» del artista estadounidense Robert Therrien, famoso por elevar a categoría de obras de arte objetos de uso cotidiano en la cocina.
Los integrantes del grupo Vaumm han creado una estructura que jugará a la perfección con el desnivel propio del terreno del parque (de unos 20 metros aproximadamente) y que aprovechará esta diferencia para organizar una distribución de abajo arriba en función de las necesidades. El resultado es un edificio que busca ofrecer una imagen rompedora, innovadora, sugerente y audaz.
Concebido en forma de U, el esquema del edificio permite organizar la estructura de forma esquemática en dos grupos, uno dedicado a la parte académica y, un segundo grupo, dedicado a la parte práctica. Partiendo de una pieza básica y compacta, el edificio se organizará en torno a un «patio de relaciones», que servirá de referencia central y orientación.
Punto de encuentro
Iñigo García Odiaga, miembro del grupo Vaumm y colaborador de este periódico en las páginas de Mugalari, tras mostrar su agradecimiento a todos los integrantes de su equipo, hizo ayer hincapié en su afán por respetar el entorno natural del enclave donde se construirá la futura facultad. A su juicio, la nueva sede «debe de ser un punto de encuentro entre diferentes agentes que desarrollen su actividad en el edificio, de forma que puedan realizarse aportaciones y generar discusión».
García definió a los cocineros como «personas generosas, que ponen todo su esfuerzo y dedicación al servicio de los demás», tras lo cual apostilló que «a nosotros también nos gustaría pensar que nuestro proyecto será algo parecido, un soporte válido para el desarrolo de las actividades de este centro y que esté al alcance del disfrute de todos».
El jurado, compuesto por expertos universitarios y cocineros, ha analizado un total de noventa proyectos internacionales enviados desde Italia, Munich, Tokio, Rotterdam, Euskal Herria, Catalunya, Galicia y diferentes puntos del Estado español.