
Zelaya avanza hacia una Honduras libre
Finalmente, a ultima hora de la noche en Euskal Herria, la caravana que encabezaba el presidente Manuel Zelaya entr� por suelo hondure�o tras pasar la frontera que separa al peque�o pa�s centroamericano de Nicaragua. Una caravana con la que el presidente leg�timo de Honduras se suma a la resistencia que en las calles del pa�s ha desarrollado su pueblo durante los 24 d�as que dura ya el golpe de estado. Zelaya se enfrent� as� a la amenaza del Gobierno golpista, que ha advertido repetidamente que lo detendr�a en caso de que intentara entrar en el pa�s. La cadena humana llev� a Zelaya hasta Honduras, que m�s tarde regres� a Nicaragua y tendi� su mano al Estado Mayor del Ej�rcito hondure�o para revertir la situaci�n.
�ste es el segundo intento de Zelaya por entrar en su pa�s desde que fue detenido y expulsado por los militares y suplantado por Roberto Micheletti. Desde entonces se abri� un comp�s m�s largo de lo esperado en el que la diplomacia no ha podido lograr que los golpistas asuman la condici�n de partida para cualquier tipo de negociaci�n: la restituci�n del presidente y de la democracia. Ese fracaso es el que ha obligado a Zelaya a tomar esta arriesgada decisi�n. Algo que le honra y que le pone a la altura de su pueblo, cuya resistencia es la que ha mantenido siempre una puerta abierta a la esperanza. Por ese camino transito ayer Zelaya.
Las primeras reacciones no se hicieron esperar. Destaca entre ellas la de Hillary Clinton, secretaria de Estado de Estados Unidos, que calific� la maniobra de �imprudente�. Lo �nico imprudente es la postura hip�crita de la Administraci�n estadounidense que, pese a algunas declaraciones iniciales que pod�an sonar distintas a su tradicional pol�tica de injerencia, ha demostrado una vez m�s que la democracia y la soberan�a de los pueblos de Latinoam�rica sigue sin estar entre las prioridades de su agenda pol�tica. La falta de determinaci�n de esa gran potencia, frente al apoyo total que Zelaya ha recibido del resto de mandatarios de toda la regi�n, es una de las claves para entender por qu� un golpe fallido desde un principio se ha podido alargar tantos d�as. Es tiempo de determinaci�n y de valor, no de prudencia.