No arrastra la ancestral mala fama del lobo, pero en los gallineros le temen y en los cotos de caza menor no le quieren ni ver. Hablamos del zorro, un predador catalogado en nuestro entorno como especie cinegética y como añade el técnico del Centro de Estudios Ambientales del Ayuntamiento de Gasteiz Gorka Belamendia, «con eso lo decimos todo sobre su estado actual». Desde hace tres años, el territorio alavés participa en un programa de seguimiento estatal sobre la población de los zorros, a cargo del Grupo de Carnívoros Terrestres de la Sociedad Española para el Estudio y Conservación de los Mamíferos. «Podemos decir que aquí, el número de ejemplares se mantiene estable», concluye.

Una presencia relevante que no agrada mucho a los aficionados vascos a la caza, que acusan a esta «alimaña» de ser uno de los responsables de la alarmante caída en la población de liebre en Araba. Un extremo que Belamendia niega de manera rotunda: «Decir que el zorro tiene la culpa es una barbaridad».

Para este ingeniero forestalista, detrás de la desaparición de la liebre están múltiples factores. «Podemos hablar de la intensificación agraria, del uso de pesticidas, de la destrucción de hábitats, de la recogida del cereal con esas cosechadoras que dejan el rastrojo al ras y dejan a la liebre sin el soporte vertical que necesita para camuflarse, las enfermedades víricas...».

Una especie muy asentada

Demasiadas causas para señalar a un único culpable. «El zorro se alimenta de liebres, sí, pero el verdadero papel del zorro es el de hacer limpieza de aquellos ejemplares menos dotados, enfermos, viejos. Lo que hace es favorecer la mejora genética, porque se ha visto que allí donde se eliminan zorros, la población lebrera a la larga disminuye por problemas derivados de enfermedades entre ellas», aclara este ambientalista.

Pero un argumento definitivo es el que arroja el parque gasteiztarra de Salburua, una zona vedada a la caza. Con una presencia muy importante de zorros, la abundancia de liebres es más que llamativa, hasta diez veces superior a la del resto de Araba en época estival. «Quiere decir que tampoco podemos olvidar a la caza como una de las causas que ha ido acabando con la liebre», defiende.

Sin duda, el zorro es el carnívoro más abundante en campar por suelo vasco. En Bizkaia, en 1994 se llegó a estimar una población de más 5.000 ejemplares. En Gipuzkoa también hay investigaciones que en su día indicaban una aceptable población.

En Nafarroa, sobre todo en la zona sur y media, en 1987 se estimó que la densidad media otoñal era de uno zorro por kilómetro cuadrado, es decir, unos 10.000 individuos. Análisis más actuales de la asociación de cazadores navarros Adecana han revelado que la zona navarra con mayor presencia de estos animales es Doneztebe.

Pero el territorio alavés es, por su orografía y su diversidad de escenarios naturales, un lugar muy apropiado para esta especie. Un ejemplo es el parque de Salburua, donde se contabiliza una densidad de 6 zorros por cada 10 kilómetros.