El paro se contiene en alemania pese a una caída mayor del PIB
El modelo alemán también está al frente resistiendo la crisis
Mientras el paro atemoriza a los vascos, que temen perder su empleo y no ven que la situación vaya a mejorar en los próximos meses, en Alemania, afectada por la misma crisis económica global y con una mayor reducción de la riqueza, la viven hasta el momento con una mayor tranquilidad que no refleja que se produzca una crisis social por la pérdida de puestos de trabajo.
GARA | GASTEIZ
Según una encuesta elaborada por la Comisión Europea, el 65% de los ciudadanos del Estado español teme perder su empleo a causa de la actual crisis económica, una cifra que dobla la media de la Unión Europea y que supone el mayor grado de inquietud de los Veintisiete ante el paro. La sensación de inseguridad puede extenderse a Hego Euskal Herria, con una estructura laboral similar.
Frente a esta inquietud, en Alemania es el 21% el que teme perder su empleo y el 62% no se muestra preocupado. En el Estado español y en Hego Euskal Herria sólo el 19% se siente seguro en el mercado de trabajo.
Pero además, en el Estado español más de la mitad (57%) cree que lo peor está por venir, mientras en la sociedad alemana sólo el 21% comparte esta opinión negativa.
En cambio la crisis del empleo ya ha alcanzado su máximo para el 66% de los alemanes pero sólo para el 35% de los ciudadanos del Estado español.
El estudio de la Comisión sigue reflejando desconfianza en el futuro, incluso para el mantenimiento del propio puesto de trabajo. El 87% de los alemanes cree que lo mantendrá en los próximos meses. Y en un plazo de dos años, todavía un 74% confía en seguir en el mismo puesto.
En cambio, en el Estado español, se ve en el mismo empleo el 72% en unos meses y un 62% dentro de unos años. Además, mientras esta confianza tiende a aumentar en Alemania en el caso español sigue decreciendo. Esta falta de confianza no se debe a un fatalismo irracional, ya que hasta ahora el paro ya ha golpeado en el Estado español con fuerza. El 55% de los encuestados ha visto cómo ellos mismos o algún amigo o alguien de su familia ha perdido su trabajo. Sólo el 30% de los alemanes ha conocido de cerca esa situación.
Cifras parecidas se reflejan en un estudio de la Fundación BBVA, que afirma que «el 17% de los españoles que tiene un puesto de trabajo considera probable perderlo en los próximos doce meses, sobre todo los jóvenes, la población con menor nivel de estudios y de clase social baja y media baja».
Las diferencias
¿Por qué se ve el mismo problema con un color tan distinto? Una economía basada en el sector de la construcción, un mercado laboral en el que el empleo eventual tiene un peso desmedido y distintas prioridades de los gobiernos a la hora de fomentar el empleo, son las claves que hacen que, pese a que la crisis económica global golpee igual, las consecuencias sociales se vivan con mucha mayor crudeza en Hego Euskal Herria.
Así, en Alemania la tasa de paro sólo ha aumentado cuatro décimas en el plazo de un año, llegando hasta el 7,7% en junio. Y el mayor crecimiento sólo empezó en diciembre. En Hego Euskal Herria, por el contrario, la tasa de paro roza ya al 11% y en un año ha aumentado casi cuatro puntos, desde el 7,4% de junio de 2008. En el Estado español el porcentaje de personas en desempleo ha llegado al 18,1% y en un año ha aumentado en siete puntos, según datos de la oficina estadística europea, Eurostat. Y se prevé que pueda llegar al 19% en 2010.
Pero la crisis afecta en realidad también a Alemania. Su Producto Interior Bruto también se contrae. El Instituto de Investigación Económica alemán (IFO) prevé que la mayor economía de la zona euro se contraiga un 6,3% durante este año, una previsión en la que casi coincide con el FMI y el Bundesbank. Además entre enero y abril de 2009, el aumento de quiebras empresariales fue un 12,1% mayor frente al mismo período del año anterior.
En cambio en el Estado español se estima que la economía se contraerá un 4%. A juicio del FMI, el paro es el freno que impide que la economía vuelva a crecer, ya que el consumo se retraerá aún más. Las cotas mayores de desempleo que se estiman hacen improbable una vuelta rápida al ciclo alto de crecimiento. Así pues, con una caída de la riqueza mucho mayor, Alemania parece estar evitando que se genere una crisis social del mismo nivel que en Hego Euskal Herria. Aquí, desde que comenzó la crisis, y antes de que llegaran a multiplicarse los expedientes de regulación de empleo, se destruyeron miles de puestos de trabajos eventuales.
Trabajo temporal
También sucedió en Alemania, pero el hecho de que el mercado de trabajo vasco esté caracterizado por la precariedad hace que el número de trabajos perdidos haya sido mucho mayor. De hecho, el 30% de los empleos era de carácter temporal al principio de la crisis, frente al 15% en Alemania. Actualmente, se en el caso vasco se ha reducido al 22%, ya que los eventuales han ido a engrosar las filas de las oficinas del INEM.
Además, el Gobierno alemán ha tratado de evitar hasta ahora que las empresas despidan a sus empleados. En su lugar, ha apoyado la reducción de jornada mediante subvenciones. Hasta millón y medio de trabajadores se han acogido a estas ayudas por las que se reduce entre la mitad y un tercio de la jornada. El Estado paga hasta un 60% del salario. Con ello, se ha conseguido mantener el equivalente a 450.000 empleos. El empleado sigue en la empresa, aunque la producción baje.
Esta reducción puede llegar hasta los dos años y en ella Berlín ha invertido 280 millones de euros hasta la fecha, pero prevé que puedan llegar a los 2.100.
En Hego Euskal Herria, en cambio, las empresa en dificultades envían a sus trabajadores al paro, por un tiempo o definitivamente, con lo que bajan sus ingresos, consumen su prestación de desempleo y los de mayor edad ven reducida su cotización para la próxima jubilación. Además, no tienen la total seguridad de recuperar su empleo. Tras el verano, la incertidumbre será aún mayor. Los ERE de suspensión tocarán a su fin y pueden llegar medidas más graves, como ya anuncia la patronal.
Inseguridad
Esta situación acrecienta la inseguridad y reduce el consumo, lo que dificulta salir de la crisis. Los gobiernos alemanes también han recurrido a otros trucos bajar el número de los sin trabajo. Muchos se vieron obligados a aceptar trabajos con contratos basura para no entrar en la categoría de los desempleados que son controlados hasta el extremo por la Oficina de Trabajo. Pero las cosas también pueden empeorar en Alemania. En un principio el paro bajó en mayo por 127.000 personas quedándose en 3,4 millones de desempleados. Sin embargo, hay estudios que prevén 4,5 millones de para 2010. Un número aún no determinado depende de cómo se van a situar la industria automovilística y sus proveedores. Por el momento no se ven empleos en industrias alternativas para reintegrar a los que se han perdido.
En cuanto a la protección en situación de desempleo, durante los primeros 18 meses, se cobra alrededor del 60% siempre que la persona en cuestión haya ido cotizando. A partir de ahí recibe alrededor de 351 euros, más algún apoyo para pagar el alquiler y la luz. Antes de que el Estado empiece a pagar ese dinero vigila si el desempleado convive con una persona que gana o si tiene propiedad (casa, coche, seguros...) que puede vender.
La sensación de tranquilidad respecto al paro también puede acabarse en Alemania, a pesar de los datos iniciales que figuran en la encuesta europea. El instituto de estudios económicos de Berlín «DIW» prevé que el número de parados aumentará como consecuencia de la crisis económica a unos 4,75 millones durante el año próximo, lo que equivaldría a un aumento del índice de desempleo del actual 8,1% al 10,9%, una cifra que ya vivió Alemania en pasadas crisis y que ya se ha superado en Hego Euskal Herria desde hace meses.
«La calma que se experimenta ahora en el mercado laboral engaña y se acabará pronto», pronostica el presidente del «DIW», Klaus Zimmermann.
A su juicio, la calma se debe únicamente a que son muchas las empresas que han podido acogerse al sistema de jornada reducida, cuya vigencia máxima de dos años empezará en breve a vencer en muchas compañías, lo que traerá el aumento de las listas del paro.
Para este año, el instituto cuenta con una media de 3,69 millones de parados y una contracción del Producto Interior Bruto (PIB) del 6,4%, retroceso que se concentra en la primera mitad del año. Para 2010, los expertos del DIW prevén un crecimiento del PIB del 0,5%. Debido a que Alemania depende en gran medida de sus exportaciones, la recuperación económica será más lenta que en otras regiones del mundo.
Con todo, para cuando en Alemania empiecen a notar más despidos y un mayor aumento del paro y vean asomarse una crisis social, en el Estado español los eventuales ya habrán consumido los subsidios de paro, mientras los afectados por ERE temporales quizá los vean transformarse en expedientes de extinción de contrato y hayan perdido definitivamente su empleo y sin brotes verdes que anuncien la recuperación.
El presidente de la Agencia Federal de Empleo, Frank-Jürgen Weise, cree también que el impacto de ésta en el mercado laboral sigue siendo moderado. Gracias a que muchas empresas han recurrido al régimen de jornada reducida, pero prepara un aumento de los programas estatales de subsidio. A su juicio, los sectores más afectados serán previsiblemente los que más dependen del entorno mundial, es decir todo los relacionados con las exportaciones, que siguen siendo el principal motor de la economía alemana. GARA
El 65% de los ciudadanos del Estado español teme perder su empleo como consecuencia de la crisis, una sensación que se puede aplicar a Hego Euskal Herria. En cambio en Alemania sólo el 21% de los trabajadores expresa esta preocupación.
Aunque en Alemania se espera que el PIB se reduzca un 6,3% este año, y en en la CAV se prevé un recorte del 2,4%, las tasas de paro son del 7,7% en el caso alemán -cuatro décimas más que hace en un año- y un 11% en Hego Euskal Herria -cuatro puntos más-.
El Estado alemán ha evitado el aumento del paro subvencionando a las empresas el salario de los trabajadores que se acojan a una reducción de entre un tercio y la mitad de la jornada. En Hego Euskal Herria se multiplican los ERE.
La burbuja inmobiliaria se hizo gigante en Euskal Herria. El mercado germano de la vivienda está orientado al alquiler, por lo que, aunque los bancos alemanes han sido recatados, los ciudadanos no se habían endeudado tanto.