Con los pies desnudos y el firme objetivo de convertirse en el primer Cristiano Ronaldo Vietnamita
Un proyecto en el que participan el ex jugador Jean-Marc Guillou, el Arsenal inglés y un club local llamado Hoang Anh Gia Lai busca en las calles de Vietnam, un país que vive por y para el balón, jóvenes promesas que puedan llegar al máximo nivel del fútbol internacional.
Ian TIMBERLAKE
Para la ocasión, muchos se ponen la camiseta blanca de Cristiano Ronaldo, pero ir vestido igual que la estrella portuguesa no siempre es suficiente para poder entrar en la academia montada en Vietnam por el proyecto de Jean-Marc Guillou (JMG), con la participación del club inglés Arsenal.
«Sueño en llegar a ser un futbolista famoso como Cristiano Ronaldo», nos cuenta ilusionado un chaval llamado Pham Ngoc Anh. A sus 10 añitos, espera impresionar a Guillermo Graechen, el representante de la academia llevada en coordinación con Hoang Anh Gia Lai (HAGL), uno de los clubes más respetados del país asiático.
Pero impresionar a los entrenadores, en gira por todo el país en busca de jóvenes promesas, no es fácil. Los chicos, llegados recientemente para las pruebas desde Hai Duong, en el nordeste de Vietnam, tienen sólo unos pocos minutos para demostrar su talento. La presión es fuerte.
«Yo me fijo en la calidad, no en la cantidad», explica Graechen, antiguo futbolista profesional francés. Y es que, aunque Vietnam todavía brilla poco por sus resultados futbolísticos, sus habitantes son unos locos del balón y no vacilan en pasar toda una noche en vela para ver un partido de la Premier League inglesa o seguir en directo la Liga de Campeones. Ni tampoco a la hora de arruinarse en apuestas totalmente ilegales.
Un trabajo lucrativo
En una nación donde el PIB por habitante gira alrededor de los 1.000 dólares (cerca de 700 euros), el fútbol es también sinónimo de trabajo lucrativo. «Mis amigos dicen que si juego bien al fútbol, ganaré mucho dinero», recuerda Do Thanh Hung, otro de los aspirantes a entrar en la escuela de fútbol. «Mi familia es muy pobre y soy el quinto hermano», prosigue el chico de 12 años, que ha venido del puerto vecino de Haiphong.
Siguiendo el camino del proyecto montado por el ex internacional francés Dominique Rocheteau cerca de la ciudad de Ho Chi Minh, la antigua Saigon situada en el sur del país, la academia HAGL-Arsenal-JMG cuenta con formar a jóvenes profesionales vietnamitas, posibilitar que jueguen en la V-League, el campeonato nacional, e incluso permitirles hacer carrera en el extranjero.
Muy al tanto de lo que allí ocurre están, sobre todo, los clubs de la Premier League inglesa. El Arsenal envía cada año un responsable para controlar los progresos de los alumnos, «que podría un día someter a un test el talento de algunos reclutas», apunta Graechen. Pero también otros clubs europeos, por qué no el mismísimo Real Madrid, que acaba de fichar a Ronaldo por más de 90 millones de euros, un récord en el mercado.
Pero por ahora todos estos jóvenes tendrán que seguir jugando con los pies desnudos mientras se abren paso a codazos sobre la tierra ardiente de Hai Duong. «No he podido pasar la prueba porque era demasiado corta», se lamenta Le Van Ban, de 11 años y originario de la provincia vecina de Thai Binh. «No pude marcar ningún gol porque mis amigos no me pasaron el balón». Pero marcar goles no es siempre el criterio fundamental. A quien Graechen busca es a la técnica, a la inteligencia en el juego. «Hay jugadores que nacen con ello», nos indica.
Hace un par de años se efectuó un reclutamiento similar. 16 jóvenes de 11 a 14 años fueron seleccionados para los primeros cursos de la academia, donde la mitad del tiempo se reserva para el entrenamiento y la otra mitad para los estudios escolares. El programa de la academia JGM, con una inversión de 4 millones de dólares según el gerente del club HAGL, Doan Nguyen Duc, dura siete años y es gratuito para los jóvenes. Forma parte de una red internacional lanzada hace 15 años en Costa de Marfil por el propio Jean-Marc Guillou y se han preseleccionado 21 chicos entre los 9.291 que se han presentado. En las últimas pruebas de Pleiku, capital de la provincia de Gia Lai, han sido sólo diez.